REALIZADA POR: Celestino González Herreros
LA TORRE DE NUESTRA IGLESIA MAYOR
La erguida torre resalta
su impresionante silueta;
mi gran pasión despierta
viéndele así, tan alta...
Desde mi infancia le admiro
pues siempre me cautivó
y a respetarle me obligó,
aún hoy, cuando le miro...
Con el paso de los años,
al sentirnos más viejos,
nos gusta verle de lejos,
no nos llevemos a engaños.
Aún sigue siendo tan bella,
no envejece su estructura,
los influjos del tiempo
no han pasado por ella.
De lejos, al sorprenderla
suele brindarnos quimeras
de las ilusiones primeras
y nos obliga a quererla.
Si nos acercamos mucho a ella
hasta alcanzar a verle bien,
nos recuerda quién es quién;
y la torre sigue siendo bella.
LA TORRE DE NUESTRA IGLESIA MAYOR
La erguida torre resalta
su impresionante silueta;
mi gran pasión despierta
viéndele así, tan alta...
Desde mi infancia le admiro
pues siempre me cautivó
y a respetarle me obligó,
aún hoy, cuando le miro...
Con el paso de los años,
al sentirnos más viejos,
nos gusta verle de lejos,
no nos llevemos a engaños.
Aún sigue siendo tan bella,
no envejece su estructura,
los influjos del tiempo
no han pasado por ella.
De lejos, al sorprenderla
suele brindarnos quimeras
de las ilusiones primeras
y nos obliga a quererla.
Si nos acercamos mucho a ella
hasta alcanzar a verle bien,
nos recuerda quién es quién;
y la torre sigue siendo bella.
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