REALIZADO POR: Celestino González Herreros
ESTE ROCIÓ SON LÁGRIMAS
DE MI VALLE
Cuántas veces ilusionado
en mis obligadas ausencias
yo pensé en sus excelencias
evocándole emocionado.
Que en las distancias impuestas
eran mayores sus encantos;
ahora sólo se oyen llantos
de sus melancólicos restos.
Y en la tierra, su corazón,
cuando se abre el surco criminal,
viéndole en su fase terminal,
de odio siento perder la razón.
Mi Valle de La Orotava,
exponente fiel de la Creación,
hoy tengo que vencer mi emoción
al ver que tu esplendor se acaba.
Y en la atalaya el Gigante,
cuando muere la triste tarde,
impío el frío firmamento arde
y su candor despierta al Guanche...
Y el ave agorera grita
con agudo graznar por los aires,
va presagiando con los ayes
su suerte; y el Teide se agita...
Va dejando una estela de dolor,
allá, en su marcha callada,
viendo abajo, en la hondonada,
morir su divino resplandor.
¡Ay, qué triste, debes sentirte,
Teide mío, viendo al Valle morir,
y qué pena no poderle asistir,
cuan triste es tener que perderle!
Al no oír el canto de sus brisas
en la brecha de sus quebradas,
intuyo sus bellezas ultrajadas,
todos sus encantos hechos trizas
Gentes de mis pueblos canarios,
labradores, poetas y pintores
del Valle de nuestros amores,
llorad conmigo tantos escarnios.
Que a donde mi aliento me lleve
irá el eco del desafío
del inalterable reto mío
condenando el tratamiento
que le han dado al Valle,
alevosamente herido,
hoy de un verde descolorido...
¡Que a mi voz no hay quien calle!..
Y cuando doblen las campanas,
cuando lo hayamos perdido...
no habrá perdón, ni olvido
y le añoraremos con ganas.
martes, 1 de junio de 2010
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