FENÓMENOS DE PASO
ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez
No todos estamos de acuerdo con lo que vemos en algunos medios de comunicación, y sin ir mas lejos, con lo visto hace breves fechas, y sin querer entrar al trapo, tampoco estamos de acuerdo con la lentitud que reina en torno a la Estación de guaguas del Puerto de la Cruz, dada la necesidad que impera.
Los políticos ya sabemos como actúan: sus formas y criterios están a la vista de todos, algunos pretendes colgarse escapularios y estar presentes en lugares frecuentados por mucho público. Eso les encanta, y se dejan ver tan soberanamente como Pedro por su casa.
Nosotros, los “quijotes” de a pie se nos hace la boca agua. Aplaudimos aunque nos parezca odioso, la presencia de tanta jerarquía extranjera, y nos olvidamos de las promesas incumplidas.
Estos fenómenos suelen ocurrir cuando se acercan las elecciones. Recordemos sino, la plana mayor de C.C. en plena campaña, y sin abrir libros, vemos como sus mensajes vuela más altos que las gaviotas y cantan más fino que los canarios.
Todo este mar de confusiones nos hace pensar que admitimos lo que nos sirven. Que estamos de acuerdo con tanta palabrería falsa y nos quedamos tan campantes. Yo diría satisfechos. Regocijados, impunes... ¿vale?
Mañana, cuando el gallo cante, nos daremos cuenta que alguien está faltando a la verdad. Y entonces asumiremos o aceptaremos ese complejo que nos divide cuando notamos la desgana, la falacia o la mentira de tanto político rancioso que nos avergüenza a todos.
Y nunca será tarde para poner las cosas en su sitio y mirar a nuestro alrededor, en busca de un nuevo reto. De un camino llano que los lleve a lugares donde reine la paz el afecto y el sosiego que necesitados en momentos tan duros como los que estamos viviendo.
ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez
No todos estamos de acuerdo con lo que vemos en algunos medios de comunicación, y sin ir mas lejos, con lo visto hace breves fechas, y sin querer entrar al trapo, tampoco estamos de acuerdo con la lentitud que reina en torno a la Estación de guaguas del Puerto de la Cruz, dada la necesidad que impera.
Los políticos ya sabemos como actúan: sus formas y criterios están a la vista de todos, algunos pretendes colgarse escapularios y estar presentes en lugares frecuentados por mucho público. Eso les encanta, y se dejan ver tan soberanamente como Pedro por su casa.
Nosotros, los “quijotes” de a pie se nos hace la boca agua. Aplaudimos aunque nos parezca odioso, la presencia de tanta jerarquía extranjera, y nos olvidamos de las promesas incumplidas.
Estos fenómenos suelen ocurrir cuando se acercan las elecciones. Recordemos sino, la plana mayor de C.C. en plena campaña, y sin abrir libros, vemos como sus mensajes vuela más altos que las gaviotas y cantan más fino que los canarios.
Todo este mar de confusiones nos hace pensar que admitimos lo que nos sirven. Que estamos de acuerdo con tanta palabrería falsa y nos quedamos tan campantes. Yo diría satisfechos. Regocijados, impunes... ¿vale?
Mañana, cuando el gallo cante, nos daremos cuenta que alguien está faltando a la verdad. Y entonces asumiremos o aceptaremos ese complejo que nos divide cuando notamos la desgana, la falacia o la mentira de tanto político rancioso que nos avergüenza a todos.
Y nunca será tarde para poner las cosas en su sitio y mirar a nuestro alrededor, en busca de un nuevo reto. De un camino llano que los lleve a lugares donde reine la paz el afecto y el sosiego que necesitados en momentos tan duros como los que estamos viviendo.
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