HABÍA UNA VEZ, UN NIÑO CAPRICHOSO
ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez
Nacido en otro país, y que llegó a este municipio, a la espera que los Reyes Magos le dejaran en el zapato, lo que tanto deseaba: un bastón de mando y un sillón donde reposar sus posaderas.
Los Magos de Oriente, se lo pensaron muy detenidamente dado que las peticiones del niño no eran nada comunes a su edad. Sin embargo Gaspar, que es el Rey en el que más confianza tienen los pequeños, intentó por todos los medios consolar las aspiraciones del chaval.
Y un año, el mencionado Rey decide afrontar la idea del infante lo consuela haciéndole realidad su petición.
Equiparable idea, fue la que también cometió un alcalde de nuestro municipio, pero con la salvedad de que no se dirigió a los Magos de Oriente, sino a los vecinos de este municipio, prometiéndole amor sacrificio y lealtad si conseguía dirigir como era su deseo desde niño, los destinos de los realejeros. Para ello tuvo que pasar por distintas disciplinas políticas: la primera en las filas del Centro Democrático y Social (C.D.S,) en el cual duró muy poco tiempo, después y como las mariposas, se coló en Coalición Canaria (C.C.) y desde esta formación política dio el salto a las listas municipales en este municipio donde C.C. tenía muy bajas sus notas y defensas, permaneciendo vario tiempo hasta que logra meterse de un tirón en el segundo de abordo, detrás de don Alfonso Fernández Molina, que llevaba el número uno.
Tres legislaturas estuvieron en la oposición, y nunca se comieron un rosco porque no sabían que camino podían tomar, y sus decisiones caían en un saco sin fondo cuando las llevaban al pleno y carentes de cometidos o propuestas concretas.
Sin embargo no baja la guardia pese a su repoquísima reputación como político, ya que nadie daba un duro por su trabajo ni sabía como afrontarlo, pero la ambición de gobernar sobrepasaba sus límites personales porque había tomado muy buena nota como gobernaba Hugo Chaves que eso le imprimía carácter de “dictador” que era lo que más le movía en el campo de la política.
Ahora y tras 7 años al frente de la alcaldía de Los Realejos, nos viene dando clases de cordialidad compartida. Amable, fiel a sus caprichos, servidor, acogedor y dialogantes… en fin, el hombre ya no cabe por la puerta de su despacho, y miles de pétalos de rosas le ofrecen los realejeros agradecidos cada mañana cuando llega al ayuntamiento como si de un dios se tratara. Nadie se podía imaginar que un hombre que debe de estar al servicio del municipio se cubra su rostro con la piel de león, porque los realejeros no nos merecemos un alcalde tan déspota, como el que tenemos.
Lo sucedido con la Policía Municipal, es una actitud que nos deja con la boca abierta, y creo que este municipio se merece un alcalde de mejor talante democrático y comprensivo con ricos y pobres, pero sobre todo, que sepa escuchar a los ciudadanos, háyanle botado o no. Este alcalde que tenemos es el peor alcalde que yo he conocido en este municipio. Ansioso de poder, de dictar. Mal han hecho los Reyes Magos en traerle un bastón de mando y un sillón para que reposen sus cebaderas.
El consuelo que nos asiste a miles de realejeros es que, no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante como dice el viejo refranero. Con esas esperanzas vamos viviendo en plena crisis y cuando el municipio de Los Realejos registra el mayor número de parados de la Isla.
Sólo falta que la fuente “cibernética” frente a Correos, comience a ofrecernos la música celestial prevista para la campaña electoral de las próximas elecciones.
Mientras tanto, esperemos que Melchor no se olvide de ponerle carbón, a todos aquellos políticos que han jugado sin compasión, con los sentimientos de todos los realejeros.
ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez
Nacido en otro país, y que llegó a este municipio, a la espera que los Reyes Magos le dejaran en el zapato, lo que tanto deseaba: un bastón de mando y un sillón donde reposar sus posaderas.
Los Magos de Oriente, se lo pensaron muy detenidamente dado que las peticiones del niño no eran nada comunes a su edad. Sin embargo Gaspar, que es el Rey en el que más confianza tienen los pequeños, intentó por todos los medios consolar las aspiraciones del chaval.
Y un año, el mencionado Rey decide afrontar la idea del infante lo consuela haciéndole realidad su petición.
Equiparable idea, fue la que también cometió un alcalde de nuestro municipio, pero con la salvedad de que no se dirigió a los Magos de Oriente, sino a los vecinos de este municipio, prometiéndole amor sacrificio y lealtad si conseguía dirigir como era su deseo desde niño, los destinos de los realejeros. Para ello tuvo que pasar por distintas disciplinas políticas: la primera en las filas del Centro Democrático y Social (C.D.S,) en el cual duró muy poco tiempo, después y como las mariposas, se coló en Coalición Canaria (C.C.) y desde esta formación política dio el salto a las listas municipales en este municipio donde C.C. tenía muy bajas sus notas y defensas, permaneciendo vario tiempo hasta que logra meterse de un tirón en el segundo de abordo, detrás de don Alfonso Fernández Molina, que llevaba el número uno.
Tres legislaturas estuvieron en la oposición, y nunca se comieron un rosco porque no sabían que camino podían tomar, y sus decisiones caían en un saco sin fondo cuando las llevaban al pleno y carentes de cometidos o propuestas concretas.
Sin embargo no baja la guardia pese a su repoquísima reputación como político, ya que nadie daba un duro por su trabajo ni sabía como afrontarlo, pero la ambición de gobernar sobrepasaba sus límites personales porque había tomado muy buena nota como gobernaba Hugo Chaves que eso le imprimía carácter de “dictador” que era lo que más le movía en el campo de la política.
Ahora y tras 7 años al frente de la alcaldía de Los Realejos, nos viene dando clases de cordialidad compartida. Amable, fiel a sus caprichos, servidor, acogedor y dialogantes… en fin, el hombre ya no cabe por la puerta de su despacho, y miles de pétalos de rosas le ofrecen los realejeros agradecidos cada mañana cuando llega al ayuntamiento como si de un dios se tratara. Nadie se podía imaginar que un hombre que debe de estar al servicio del municipio se cubra su rostro con la piel de león, porque los realejeros no nos merecemos un alcalde tan déspota, como el que tenemos.
Lo sucedido con la Policía Municipal, es una actitud que nos deja con la boca abierta, y creo que este municipio se merece un alcalde de mejor talante democrático y comprensivo con ricos y pobres, pero sobre todo, que sepa escuchar a los ciudadanos, háyanle botado o no. Este alcalde que tenemos es el peor alcalde que yo he conocido en este municipio. Ansioso de poder, de dictar. Mal han hecho los Reyes Magos en traerle un bastón de mando y un sillón para que reposen sus cebaderas.
El consuelo que nos asiste a miles de realejeros es que, no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante como dice el viejo refranero. Con esas esperanzas vamos viviendo en plena crisis y cuando el municipio de Los Realejos registra el mayor número de parados de la Isla.
Sólo falta que la fuente “cibernética” frente a Correos, comience a ofrecernos la música celestial prevista para la campaña electoral de las próximas elecciones.
Mientras tanto, esperemos que Melchor no se olvide de ponerle carbón, a todos aquellos políticos que han jugado sin compasión, con los sentimientos de todos los realejeros.
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