ACANTILADO DE PAPEL
ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros
Poemario editado de Elsie Ribal Hernández
El lenguaje poético que emplea Elsie Ribal Hernández en este sorprendente libro, evidencia considerablemente, su capacidad lírica y pone de manifiesto, en cada composición suya, esa cascada imaginaria que lo baña todo de ilusión y deja estelas en el aire que al conjugarse en el silencio poético producen la grata sensación de estar viviéndolos; y así mismo producen el oportuno éxtasis que da la luz en las sombras de las tinieblas ó en la salida del túnel la aurora de la libertad compartida. Lo aclara todo con los mágicos fulgores del amor filtrado hasta llenar cada intersticio del corazón.
Son poemas que transmiten ese algo que buscamos, invisible influencia que nos llega y nos confortan por que dicen más cuantas más veces los asimilamos y en silencio parecen que hablaran y a la vez nos consolaran.
Hoy he vuelto a sentir despiertos los duendes de mi imaginación, no he podido evitarlo. Necesitaba estar más solo y solo dedicarle a mi entrañable amiga Elsie, sin escogencias inútiles, las palabras más sencillas, tomarme todo el tiempo necesario, dialogar, simplemente eso; y decirle cuanto admiro su talento literario y la nobleza de sus sentimientos hechos poesía… Semblanza que honra a su mundo poético para el cual nació. Decirle que este poemario suyo acaricia los sentidos y alienta al corazón. Leyendo sus poemas uno siente descolgarse del firmamento las estrellas y hallar en alguna de ellas su fondo poético y nos alumbrara con luz propia nuestro espíritu, a veces retraído y triste… Pero ya ven, la estampida de mis locos duendecillos me ha ganado una vez más, se han desatado sorpresivamente y no me dejan otra opción…
La presente Obra poética de Elsie Ribal, es un fiel exponente de su capacidad intelectual enmarcada en sus principios literarios. En su haber figuran varios libros publicados con rotundos éxitos cosechados a través de los años y cuyos repertorios de singularidad literaria dejan entrever el caudal poético significativo que emana de su lírica excepcional.
Definir a Elsie es más difícil que fácil, se necesitarían, aparte de la elocuencia necesaria, una fluidez de palabras única y por ende el talento que no me asiste y no por casualidad. No bastaría con sólo decirle que es única en su género lírico y que como rapsoda es una fina perla. Ella necesita un crítico aventajado y menos sentimental que yo.
Tiene una forma muy especial de conjugar lenguaje y sentimientos. Es como una mágica malla de hilos dorados que te atrapa inocentemente y a merced de su prosa poética va adormeciéndonos y al cabo de un reducido tiempo no sabemos si soñamos despiertos y cabalgamos por parajes oníricos en brazos de su inspiración lírica. Esa correlación suya, esa simbiosis en sus versos que danzan armoniosamente en aquel mundo apasionado de la evocación. Sin pretender hacer ni un somero juicio de sus méritos cosechados, sólo para aproximarme lo más posible a su edén privado, me he rendido orgulloso de saber hacerlo, para agradecerle la ocasión que me brinda, al prologar este trabajo literario del que respondo, que leyendo sus poemas van a sentir, como he sentido yo, la grata sensación de estar más cerca al cielo y que recostados en blandas nubes estuvieran soñando y amando a la vez.
ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros
Poemario editado de Elsie Ribal Hernández
El lenguaje poético que emplea Elsie Ribal Hernández en este sorprendente libro, evidencia considerablemente, su capacidad lírica y pone de manifiesto, en cada composición suya, esa cascada imaginaria que lo baña todo de ilusión y deja estelas en el aire que al conjugarse en el silencio poético producen la grata sensación de estar viviéndolos; y así mismo producen el oportuno éxtasis que da la luz en las sombras de las tinieblas ó en la salida del túnel la aurora de la libertad compartida. Lo aclara todo con los mágicos fulgores del amor filtrado hasta llenar cada intersticio del corazón.
Son poemas que transmiten ese algo que buscamos, invisible influencia que nos llega y nos confortan por que dicen más cuantas más veces los asimilamos y en silencio parecen que hablaran y a la vez nos consolaran.
Hoy he vuelto a sentir despiertos los duendes de mi imaginación, no he podido evitarlo. Necesitaba estar más solo y solo dedicarle a mi entrañable amiga Elsie, sin escogencias inútiles, las palabras más sencillas, tomarme todo el tiempo necesario, dialogar, simplemente eso; y decirle cuanto admiro su talento literario y la nobleza de sus sentimientos hechos poesía… Semblanza que honra a su mundo poético para el cual nació. Decirle que este poemario suyo acaricia los sentidos y alienta al corazón. Leyendo sus poemas uno siente descolgarse del firmamento las estrellas y hallar en alguna de ellas su fondo poético y nos alumbrara con luz propia nuestro espíritu, a veces retraído y triste… Pero ya ven, la estampida de mis locos duendecillos me ha ganado una vez más, se han desatado sorpresivamente y no me dejan otra opción…
La presente Obra poética de Elsie Ribal, es un fiel exponente de su capacidad intelectual enmarcada en sus principios literarios. En su haber figuran varios libros publicados con rotundos éxitos cosechados a través de los años y cuyos repertorios de singularidad literaria dejan entrever el caudal poético significativo que emana de su lírica excepcional.
Definir a Elsie es más difícil que fácil, se necesitarían, aparte de la elocuencia necesaria, una fluidez de palabras única y por ende el talento que no me asiste y no por casualidad. No bastaría con sólo decirle que es única en su género lírico y que como rapsoda es una fina perla. Ella necesita un crítico aventajado y menos sentimental que yo.
Tiene una forma muy especial de conjugar lenguaje y sentimientos. Es como una mágica malla de hilos dorados que te atrapa inocentemente y a merced de su prosa poética va adormeciéndonos y al cabo de un reducido tiempo no sabemos si soñamos despiertos y cabalgamos por parajes oníricos en brazos de su inspiración lírica. Esa correlación suya, esa simbiosis en sus versos que danzan armoniosamente en aquel mundo apasionado de la evocación. Sin pretender hacer ni un somero juicio de sus méritos cosechados, sólo para aproximarme lo más posible a su edén privado, me he rendido orgulloso de saber hacerlo, para agradecerle la ocasión que me brinda, al prologar este trabajo literario del que respondo, que leyendo sus poemas van a sentir, como he sentido yo, la grata sensación de estar más cerca al cielo y que recostados en blandas nubes estuvieran soñando y amando a la vez.
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