jueves, 22 de julio de 2010

ART. DE UN PORTUENSE,

CANARIAS EN EL CONTEXTO MIGRATORIO

ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros


Con la cruel guerra civil española, se recrudece aún más la situación económica en el Archipiélago Canario; aparte de los abusos sufridos y aquella difícil convivencia entre sentimientos heridos de muchos, y la prepotencia de otros, lo que vino a empeorar la situación. Prácticamente, sólo había trabajo para algunos elegidos, los demás tenían que buscárselas como pudieran. Las Islas Canarias eran un caos completo. Y lo verdaderamente triste, unos vivían bien -a costas de los demás- y los pobres seguían siendo doblemente pobres.
La Emigración es prohibida en España a los canarios: entonces fuimos más sometidos, privándonos de nuestra libertad de poder elegir las vías de escape más prometedoras. Distinto fue, como lo hizo La Corona en el año 1.853, siendo Cuba nuestra única alternativa. Luego concedió la misma licencia al resto del Estado Español. Antes, siempre hubo una emigración clandestina; y muchos se iban en condiciones infrahumanas a la aventura, y no todos llegaban felizmente al lugar deseado: El Dorado...
Nada hay más preocupante en la vida que la falta de trabajo para poder subsistir y esa angustia llegó hacerse colectiva e incontrolable. La suerte para esos valientes hombres fue haber sido canarios, a los cuales les aceptaban, aunque fueran indocumentados, ya que no era legal salir de esta tierra, nuestra tierra.
El canario, fue considerado siempre como un hombre luchador y a la vez honrado. En Cuba, por ejemplo, nuestras gentes contribuyeron considerablemente en la agricultura, con la caña de azúcar y el tabaco, aunque no todos eran hombres de labranza y oficio, que también habían hombres de Ciencia y de Letras, y grandes emprendedores, los cuales dejaron, con su quehacer diario, al otro lado de sus fronteras, muy alto el nombre de Canarias.
Como decíamos antes, después de la Guerra Civil Española, los isleños nos vemos en la necesidad de emigrar, en esta ocasión a Venezuela, donde hacía falta muchísima mano de obra, para las labores petroleras, ganaderas y agropecuarias. De aquí salieron ingentes cantidades de compatriotas nuestros, esperanzados, con la ilusión, no de abandonar Canarias, volver alguna vez con algo de dinero para comenzar una nueva vida. Porque nacieron para ella. Iban pensando en salir de tanta pobreza y en alguno de los casos, podemos decir: hubo “tiranía”. A las gentes les resultaba difícil transigir ciertas conductas altaneras y de poder... Querían acabar con el hambre y todo lo demás. Entonces cada hogar tenía cuatro o cinco maletas de madera preparadas para la huida, hasta que en el año 1.940, fue legalizada nuevamente, en España, la Emigración, y entonces fue Venezuela el lugar elegido, hasta los años 60, cuando Venezuela cerró sus fronteras para evitar problemas de saturación obrera foránea. Aquí, en Canarias, afortunadamente, ya la situación iba mejorando, el bolívar fue el milagro y el turismo creaba perspectivas alentadoras, de hecho, Tenerife se convirtió en la hermana gemela de Venezuela, aquí vino y aún permanece, el éxodo inmigratorio de toda clase de gente y no digamos nada de “los enchufados”, pero no hay forma de contenerlos; y no sé cómo acabará todo esto. Venezuela supo hacerlo a tiempo con nosotros. De todas maneras hubo excepciones, ello para no sacrificar el sentimiento familiar entre canarios y venezolanos.
Con esas corrientes migratorias, las nuevas generaciones fueron enriqueciéndose con las dos culturas - canarios y venezolanos - y ya los lazos que nos unen son indisolubles, naciendo una realidad solidaria de la cual debemos sentirnos muy orgullosos.
Repito lo que tantas veces vengo diciendo: aunque no pensemos igual, nos identificamos sin esfuerzo alguno y hasta nos parecemos en la forma de aceptar y luchar por las cosas nuestras y las defendemos con el mismo ahínco. Claro está, los que tuvimos ocasión de trabajar allá, juntos y compartiendo las mismas necesidades y las mismas aspiraciones...
Siempre, a través de los distintos programas radiofónicos y cadenas de TV, están dando muestras de ello, llevando esa impresión a sus respectivos hogares; y el Periódico EL DÍA, reconozcámoslo muy seriamente, que nos cede la oportunidad de leer, puntualmente, cuanto acontece en el País hermano, brindándonos con ello la tranquilidad que las noticias a veces suelen transmitirnos, que también contribuye a diario, en este hermanamiento especial.
Hoy las cosas han cambiado, acá, allá y en todas partes. La pesadilla de la general “Crisis” está teniendo graves consecuencias, cada día que pasa más se nota. Aquí en las Islas ya sabemos de embargos. Me contaron en la mañana de hoy que un matrimonio de jóvenes tuvieron que entregar al Banco las llaves de su casa por no poder hacer frente a la deuda contraída con el Banco, con todo el esfuerzo que supone hacer una casita, con tantas privaciones, las ilusiones rotas, ahorrando hasta de la comida… Y el Banco se queda con ella. ¡Bonito negocio! Ellos conocen muy bien el juego de: “Doy y quito” Hay varias familias más en la misma situación, muchas más. Trabajo para los psiquiatras. Y, ¿quién le pone remedio a tantos abusos? No puedo seguir escribiendo sobre este tema, por favor, que hablen los enterados.
Los avatares de la vida siempre nos sorprenden inesperadamente, aunque siempre comenté que esto podía ocurrir. Cuando mejor se ha vivido en nuestras Islas poco duró y no por culpa nuestra, lo que si hicimos mal fue pensar que ese bienestar iba a ser para siempre y nos acostumbramos a vivir a todo tren sin sospechar siquiera en los reveces de la vida. A nuestros hijos les hemos dado más de todo. Aquí han ganado mucho dinero, propios y extraños, algunos hasta han hecho sus boyantes fortunas, aunque lo hayan trabajado, también han sido muy hábiles… Son las oportunidades que siempre han brindado nuestros pueblos y estas gentes nuestras. No fuimos previsores, ese ha sido siempre nuestro gran pecado, nos gusta vivir al día, casi a todos. Ahora se me acaba de cruzar una idea… La voy a narrar. Nuestros políticos “todos” además de pelearse como niñatos y criticarse unos a otros, ¿están consientes del problema que se nos avecina? Sé a ciencia cierta, que los hay muy serios, responsables y muy admirados, pero, no se enojen conmigo, miren a todo el pueblo de frente, no miren a los lados, esos espacios están vacíos… ¿De vedad, ustedes creen que vamos por el mejor camino? Y la oposición, ¿tiene en sus manos el elixir de nuestra salvación? Mucho bla…bla… bla… y poca buena voluntad. Al menos eso parece. Yo les quiero a todos y les respeto, pero más quiero a mi sufrido pueblo y a las clases más desfavorecidas. Por Dios, hagan por ellos.








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