RINCÓN POÉTICO,

LA INERCIA EN EL TIEMPO

REALIZADA POR: Celestino González Herreros

Cuando declina la tarde hacia el ocaso
y los recuerdos se van acumulando,
siento la angustia de un llanto apagándose,
ahogándose en el abandono de la distancia.

Me inhibo en el intento de interrumpir el proceso
y quedo preso viendo pasar el tiempo,
deshilvanando los recuerdos que voy ordenando.
Como si pensara con el corazón me entrego.

Que los crepúsculos son confidentes del alba,
se cruzan en el largo trayecto sin detenerse;
él va a morir en su poniente, a lo lejos,
ella surge radiante y hermosa desde el levante.

Cuando declina la tarde se prenden rojos luceros
y la mar arrastra el fuego desde el horizonte
hasta la orilla de la bahía que se ilumina
y destella como cirios de la muerte silente.

La noche, austera e insondable vigila
apagando los últimos resquicios de libertad,
negándole el respiro en sus postrimerías
y ocultándole con sus sombras su declinado paso.

Y, a su tiempo el alba, canto matinal de la Vida,
sinfonía alegre de impolutos despertares de oníricos letargos,
la estrella que llega y nos inunda de luz y alegría,
percepción divina de súbito aparecida desde el oriente.

Resignado pensaba en la esencia divina,
cómplice de la incredulidad del hombre
y sintiendo jalonada mi presencia en este laberinto,
en la vida y la muerte, y en la inercia del tiempo que va pasando.