domingo, 30 de mayo de 2010

ART. DE UN PORTUENSE,

AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR Y AL PUERTO DE LA CRUZ ¡HURRA!..

ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros

Por tradición, la ciudad turística, siempre, desde cuando era un pequeño pueblo marinero, hasta nuestro presente, siempre ha tenido atractivos que ofrecernos. Tantos, que no se agotan; y si fuéramos considerados y viéramos el panorama social fríamente, vemos que no todo es negativo. A veces, las fáciles negaciones se hacen sistemáticas. No se conforman con ninguna innovación, por sutil que fuera, dada la ceguera de los empecinados que les impide ver realidades que evidencian algún esfuerzo que se haya hecho con la mejor voluntad... Lo que se ha dejado de hacer, ahí está, que no todo puede ser a la vez y a veces las condiciones son adversas o no tenemos lo que debiéramos tener. De todas formas, ahí queda eso, para los que están o para los que han de venir, si estos no continúan. Siempre la misma “cantinela” desde que tengo uso de razón. Digo, en determinados asuntos. Y como lo mío no es eso, paso la palabra a los que conocen bien el asunto y se desenvuelven mejor que yo en estos menesteres de “informar”... y dirigir también.
Puerto de la Cruz tiene solera, cada rincón de su bella ciudad, ofrece un encanto distinto. Por qué negarlo con apasionados “comentarios” que sólo hacen daño a su inigualable imagen? Y ello va en detrimento de nuestro futuro, como portuenses que somos y de nuestra sociedad progresista hijos, será aún más halagüeño si entre todos conservamos el bello patrimonio que aún tenemos que cuidar, y realzarlo con civismo. Apostar por Puerto de la Cruz en cada una de nuestras actuaciones. La suerte es, que nadie hace verdaderamente caso a todo lo que se diga en su contra, porque sabemos que tiene raíces e historia y sus anales están a buen recaudo; también en el corazón de los portuenses bien nacidos, y el resto de las gentes, aunque fueran de otro lugar, que viniendo de fuera han elegido este tranquilo terruño para dejar aquí sus huesos, y antes, formar familia que no van a querer irse jamás, porque se sienten a gusto en nuestra sociedad. Porque aquí sabemos respetar a todo el mundo. Veis, otra cualidad positiva, somos un pueblo de tradición: amables -a veces demasiado, pero es que no podemos evitarlo- respetuosos y solidarios con los problemas de los demás. Todo hay que decirlo; y no obviar, ¡que viene cada uno!.... Eso es lo malo, pero por esos no van a pagar los otros.
Resaltemos ahora la otra cara de nuestra ciudad, hablemos de los rincones de ocio, que, “haberlos ahílos, hasta para elegir”. Y no voy a nombrar ninguno en particular. Mejor nos visitan, ya que, lo que pueda decirles al respecto, al enumerar tantos lugares encantadores, no dicen nada, si lo comparamos con el placer que puedan sentir sus retinas y la emoción que experimentaría el corazón al comprobar in sito la dimensión de la evidente realidad... Se materializa el sueño cuando se hace palpable y a la postre, no olvidamos jamás, los momentos vividos...
Los de aquí somos tranquilos, ¡ah que sí! Mas, no nos confundan con los golfos de turno, que siempre los hay donde quiera que vayamos; y los que aquí pudieran perturbar nuestra singular paz, casi siempre vienen de fuera.
No hay marco romántico más ideal para los enamorados, que cualquier rincón de Puerto de la Cruz, sus calles, sus plazas, Iglesias, Complejos de ocio, como, Lago de Martiánez, Playa Jardín, San Telmo, Parque Taoro y sus lindos aledaños, Jardín Botánico, Loro Parque; y por excelencia, El Muelle Pesquero, con su historia y abolengo, pasaje y rincón de arraigo popular y religioso, playita de nuestra venerada Virgen del Carmen, desde donde se embarca cada año por el mes de Julio y atrae a miles y miles de fervientes devotos... Nuestra Reina no puede ser ignorada cuando hablamos del Puerto de la Cruz, sería como negarle a la verdad su esencia espiritual.
Luego, su gente, aquellos que respetan y desean lo mejor para su pueblo, pensando también en el progreso de sus hijos, que no todo se va acabar con nosotros. Marquémonos un objetivo común, sólo que, la pena es que siempre se interpone la contradicción de las ideas de los políticos, y el deseo de jorobarnos más de lo que pudiéramos estar. Pero, evidentemente, somos realistas. ¿Porqué no ser optimistas? Hablemos con justicia de nuestras cosas, al margen de las ideas políticas, que me consta de que todos desean lo mejor para nuestra sufrida sociedad, sólo que es imposible ponerse de acuerdo, todos los esfuerzos por contribuir al legítimo progreso, las más de las veces, quedan estériles en la incomprensión y suele ser la moneda que devuelve la legítima oposición que también se siente dolida por los constantes rechazos sufridos... Así no se va a ningún lado con dignidad. No hablemos del afán de protagonismo, “de todos”. Las frustraciones vividas, la soberbia, la inmadurez personal y políticas de algunos, la frivolidad, las venganzas..., la envidia de muchos, para qué seguir! Y así no se puede construir una ciudad mejor, nos tendremos que conformar con lo que tenemos e ilusionarnos recordando el pasado, pagar los Impuestos y maldecir estas vergonzosas situaciones que no nos queda más remedio que sufrir.
A ver si las nuevas generaciones, en el nuevo milenio, enderezan el rumbo de esta nave, si no, nos vamos a pique.
Mientras, disfrutemos paseando por el Puerto, Jardín eterno, cuyas flores brotan sin falta de “jardineros” que las siembren... El Cielo se encarga de esparcir por nuestro suelo la mejor semilla y siempre florecen los caminos, como una bendición...
Todo en la Ciudad Turística de Puerto de la Cruz, parece un milagro constante. Su historia, su progreso evolutivo y racional, y los hombres que siempre han luchado por su embellecimiento y destino social merecen mención. Puerto de la Cruz tiene renombre universal y seguirá siendo un ejemplo de solidaridad y progreso, no nos quepa la menor duda.

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