CUANDO UN SUEÑO SE HACE REALIDAD
ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros
Viendo pasar las horas tan aprisa, cuando se va consumiendo el tiempo de vuestra estancia en Tenerife, me imagino cuanto desconsuelo estarán sufriendo, después de haber disfrutado este sueño hecho realidad gracias a tantas gentes buenas que lo han materializado. Cuando se va a romper este letargo en un determinado momento, debe ser muy doloroso. Máxime al no saber si habrá un nuevo reencuentro con Tenerife y muy particularmente Puerto de la Cruz y su singular gente.
Como emigrantes que fueron, hace tantos años, bien merecido tienen este agasajo que le hacemos los que entendemos, porque también lo fuimos, el sentir de quienes se ven obligados, por la razón que fuera, a dejar su tierra amada, familiares y amigos, buscando, muchas veces el bienestar de los que aquí quedaron en difíciles condiciones económicas, la gran mayoría; buscando en nuestra Venezuela querida, el amparo necesario para seguir la ruta de tantos otros hombres hacia un objetivo definido: el trabajo, el respeto y la consideración que nos merecemos en general. Respetando las leyes del país que nos acoge. Entonces sin saber a dónde mirar buscando un horizonte alentador. Y en muchas ocasiones en condiciones infrahumanas, cruzaron “el charco” porque no había otra alternativa, debido a la pobreza en que estábamos sumidos. Unos vieron hechos realidad sus anhelos, pues mandaron muchos bolívares para cubrir necesidades perentorias, fabricar ya no sólo la casita sino edificios enteros y educar a los muchachos que valían para ir a la Escuela, luego a la Universidad... De eso ya ni se acuerdan la mayoría de nuestros paisanos y si algo dicen es despotricando, porque hoy la moneda ha perdido valor adquisitivo. Se olvidan del hambre que se pasó en Europa, pero concretémonos a Canarias, desde aquellos años cuarenta, cuya única esperanza era América, particularmente Cuba y Venezuela. Claro, no les interesa recordarlo y mucho menos reconocer aquel poder económico con su amplio panorama laboral donde había trabajo para todos los que quisieran iniciarse allí. Los otros, a pesar de haber contribuido en el progreso de ese acogedor país, con su trabajo y sacrificios, llegaron a viejos con menos fortuna material, pero están vivos para confirmar lo que digo. Hay una riqueza espiritual que sólo Dios entiende y nuestra Virgen de Candelaria. En la Gloria existe un lugar reservado para ellos porque han sabido mantener la fe cristiana y por practicar la cualidad humana de ser agradecidos con la tierra que les acogió “como si fuera una madre” en los momentos más tristes que en Canarias se estaban viviendo. Agradecidos del recuerdo, cuando siendo jóvenes y estaban llenos de ilusiones, se fueron a la tierra de todos, a cumplir una misión moral de hombre para con los suyos, consigo mismo y sus pueblos, que bien supieron beneficiarse de tantos sacrificios y el esfuerzo que esas gentes hicieron... Si hoy Canaria es tan bella y su modernidad llega a lo que es, ha sido, en gran medida, con el fruto del trabajo de los hombres que lucharon en Venezuela, ¡y eso hay que reconocerlo! Digo con tristeza, que no todos lo entienden ni quieren que se sepa... Así, pues, todo lo que hagamos por Uds. es muy poco, ya que se merecen mucho más, así como Dios lo reconocerá, cuando llegue la hora...
En Tenerife y demás isla de Canarias existe la voluntad de darle a nuestra Octava Isla, a sus gentes y tantos compatriotas nuestros, que viven, trabajan y mueren allí, el valor inalterable de la identidad que cada cual tiene y los méritos alcanzados de cada uno, para ilustrar aún más, con ello, la historia de Venezuela y nuestras Islas Canarias.
Sean pues, bienvenidos en nuestro terruño amado y que nuestra patrona la Virgen de Candelaria les colme a todos con sus bendiciones.
ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros
Viendo pasar las horas tan aprisa, cuando se va consumiendo el tiempo de vuestra estancia en Tenerife, me imagino cuanto desconsuelo estarán sufriendo, después de haber disfrutado este sueño hecho realidad gracias a tantas gentes buenas que lo han materializado. Cuando se va a romper este letargo en un determinado momento, debe ser muy doloroso. Máxime al no saber si habrá un nuevo reencuentro con Tenerife y muy particularmente Puerto de la Cruz y su singular gente.
Como emigrantes que fueron, hace tantos años, bien merecido tienen este agasajo que le hacemos los que entendemos, porque también lo fuimos, el sentir de quienes se ven obligados, por la razón que fuera, a dejar su tierra amada, familiares y amigos, buscando, muchas veces el bienestar de los que aquí quedaron en difíciles condiciones económicas, la gran mayoría; buscando en nuestra Venezuela querida, el amparo necesario para seguir la ruta de tantos otros hombres hacia un objetivo definido: el trabajo, el respeto y la consideración que nos merecemos en general. Respetando las leyes del país que nos acoge. Entonces sin saber a dónde mirar buscando un horizonte alentador. Y en muchas ocasiones en condiciones infrahumanas, cruzaron “el charco” porque no había otra alternativa, debido a la pobreza en que estábamos sumidos. Unos vieron hechos realidad sus anhelos, pues mandaron muchos bolívares para cubrir necesidades perentorias, fabricar ya no sólo la casita sino edificios enteros y educar a los muchachos que valían para ir a la Escuela, luego a la Universidad... De eso ya ni se acuerdan la mayoría de nuestros paisanos y si algo dicen es despotricando, porque hoy la moneda ha perdido valor adquisitivo. Se olvidan del hambre que se pasó en Europa, pero concretémonos a Canarias, desde aquellos años cuarenta, cuya única esperanza era América, particularmente Cuba y Venezuela. Claro, no les interesa recordarlo y mucho menos reconocer aquel poder económico con su amplio panorama laboral donde había trabajo para todos los que quisieran iniciarse allí. Los otros, a pesar de haber contribuido en el progreso de ese acogedor país, con su trabajo y sacrificios, llegaron a viejos con menos fortuna material, pero están vivos para confirmar lo que digo. Hay una riqueza espiritual que sólo Dios entiende y nuestra Virgen de Candelaria. En la Gloria existe un lugar reservado para ellos porque han sabido mantener la fe cristiana y por practicar la cualidad humana de ser agradecidos con la tierra que les acogió “como si fuera una madre” en los momentos más tristes que en Canarias se estaban viviendo. Agradecidos del recuerdo, cuando siendo jóvenes y estaban llenos de ilusiones, se fueron a la tierra de todos, a cumplir una misión moral de hombre para con los suyos, consigo mismo y sus pueblos, que bien supieron beneficiarse de tantos sacrificios y el esfuerzo que esas gentes hicieron... Si hoy Canaria es tan bella y su modernidad llega a lo que es, ha sido, en gran medida, con el fruto del trabajo de los hombres que lucharon en Venezuela, ¡y eso hay que reconocerlo! Digo con tristeza, que no todos lo entienden ni quieren que se sepa... Así, pues, todo lo que hagamos por Uds. es muy poco, ya que se merecen mucho más, así como Dios lo reconocerá, cuando llegue la hora...
En Tenerife y demás isla de Canarias existe la voluntad de darle a nuestra Octava Isla, a sus gentes y tantos compatriotas nuestros, que viven, trabajan y mueren allí, el valor inalterable de la identidad que cada cual tiene y los méritos alcanzados de cada uno, para ilustrar aún más, con ello, la historia de Venezuela y nuestras Islas Canarias.
Sean pues, bienvenidos en nuestro terruño amado y que nuestra patrona la Virgen de Candelaria les colme a todos con sus bendiciones.
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