miércoles, 28 de abril de 2010

VILLEROS ILUSTRES,

JUSTO DÍAZ EXPOSITO

IN MEMORIAN

ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu

Otra vez en el despacho de mis ex alumnos Merci y Bernardo, otra vez con mala noticia, otra vez un nuevo tránsito y está vez de un gran contertulio que tenía su rincón aquí en Tertulia Villera Justo Díaz Exposito, orotavense afincado en Valencia desde hace cuarenta años.
Entre al despacho de Bernardo a preguntarle por el estado de salud de su tío Justo que llevaba tiempo en la UVI del hospital de Valencia y con el teléfono en su mano derecha hablando con su madre Laura me comunica la triste noticia; La verdad fue todo tan rápido... mi madre tomaba el vuelo para Valencia a la hora que el fallecía... muy duro para mi madre y muy duro para nosotros.
Un abrazo y gracias por abrirle esa ventana nostálgica de su Cine Club que por momentos lo hizo volver a caminar por las calles de La Orotava... recordar amigos, familia, anécdotas,... Le hizo mucho bien.
Efectivamente, había publicado cinco capítulos de la historia del Cine Club de la Orotava, que él organizó y presidió varios años. Yo lo recuerdo como profesor de filosofía en el colegio de San Isidro (Salesianos), en el curso 1967 – 1968 estudiaba sexto de bachiller, por primera vez en mi vida entraba en el mundo de la filosofía, sus primeras explicaciones: La filosofía es equivalente al amor al saber o aspiración a la sabiduría…
O el saber originario del que las distintas ciencias se fueron segregando en el transcurso del tiempo…
Un día llegó a clase muy frenético, nos puso inmóvil a todos, pero al final se convirtió en una simple anécdota. Solo duró dos meses de clases, pues se tuvo que ir para la península, desconozco el motivo y el destino de entonces, pero fue sustituido por otro profesor de la Villa José Manuel Taoro, con el que terminamos el curso.
Tiempo después supe que residía en Valencia, daba clase del cine en una universidad privada, su cine nunca le faltó, era su esencia. El convecino Chile Hernández me contó una vez que Justo Díaz y su desconsolada esposa María Ángeles, desde tierras valencianas envueltas en ese murmullo suave de la Albufera, le recuerda, con su sapiencia tan característica, lo que el Catedrático Doctor Bonet explicó que es el amor “Quitarle la culpa al otro”…. “Amar es no solo sentir que se ama, sino sacrificarnos por la persona amada.”
Justo Díaz Exposito como educador y profesor, el cine no le abandonó nunca. Sus alumnos de Filosofía o Lengua y Literatura Española, los de Latín y Griego sabían de antemano que en sus clases el material audiovisual era imprescindible, tanto la proyección de películas como de documentales. En su currículo hacía referencia al Cine Club Orotava de manera indirecta y sólo cuando se hablaba de la dirección de la Semana de Cine Hispano-Argentina que fue organizada en el Puerto de la Cruz en colaboración con la Sección de Estudiantes del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, en Agosto de 1966.
Además, estando en la Universidad Complutense de Madrid donde adquirió el título de licenciado en Filosofía española con la tesis. Visión unamuniana del amor a la mujer, fue cuando pasó a pertenecer a la Federación Nacional de Cine-Clubs. Y ya en Valencia obtuvo el título profesor concordante en Lengua y Literatura Española. Fue profesor del Curso de actualización de Medios audiovisuales en la Universidad Jaume I de Castellón, del Curso sobre Cineforum en la Universidad de Castilla-La Mancha y en los Cursos de Formación del Profesorado en la Universidad Politécnica de Valencia. En la cadena SER (Valencia) han sido varios años de programa de cine infantil y juvenil. Todo esto se materializó en el trabajo que elaboró para Fomento de Centros de Enseñanza: “El Cine en Familia y en el Aula”.
Pero antes en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde realizó los cursos de licenciatura y doctorado en Filosofía Pura, el mundo del cine se vivía intensamente en los cine-clubs de los Colegios Mayores San Carlos, Beato Maestro Ávila o el Salvador, que presentaban al principio del curso el programa conjunto de sus proyecciones. Allí conoció “La puerta del Infierno” de Kinugasa, “Rashomon” de Kurosawa, “Las puertas de las lilas” de René Clair o “Almas sin conciencia” de Fellini. Y en el Cine Club Universitario, que tanta trascendencia tuvo para la renovación del nuevo cine español, y el Cine Fórum Estudio 1, al que asistían la tarde del domingo en el salón de la Jefatura Provincial del Movimiento donde pude ver la versión francesa de ”Las Hurdes. Tierra sin pan” de Buñuel, “Orfeo” de Jean Cocteau y todo el cine de Bardem y Berlanga.
Justo muchos villeros esperaban por el sexto capitulo, pero no va a poder ser, quizá lo siga elaborando en el otro lugar a donde está merecidamente descansando, pero yo volveré a repetir en tu TERTULIA VILLERA los cincos capítulos dedicados al Cine Club Orotava, que tu escribiste con mucho gusto para todos vosotros, sobre el desaparecido e inolvidable Cine Club, donde todos aprendimos la libertad, la democracia y el saber…
EN LA QUINTA ENTREGA: Justo Díaz, escribía sobre; REFLEXIONES Y ANÉCDOTAS PARA LA INTRAHISTORIA: El Cine Club Orotava tuvo, desde el comienzo, dos ramificaciones: la oficial en la Orotava con sede en el Colegio Salesiano de San Isidro, y la otra, en el Puerto de la Cruz, con proyecciones en el Salón de Actos de los PP. Agustinos. A esta última, pertenecían como socios, muchos de mis alumnos-amigos del Colegio San Agustín de Los Realejos. Ellos fueron los que me animaron a preparar una Semana de Cine en el mes de Agosto, ya que la IIª Temporada se había clausurado en la Orotava y no en el Puerto de la Cruz, como fuera la primera. Sería bajo el patrocinio del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias.Quedamos una tarde para hablar con Ana Lola Borges, Doctora en Historia y Directora del Instituto. Fuimos un numeroso grupo: Andrés Chaves, Imeldo, Javier, Lassso, Emma Rosa… Después de media hora charlando Chaves dijo:
Vamos a concretar sobre la Semana de Cine y Ana Lola contestó: Si llevo todo este tiempo esperando a vuestro profesor, para hacerlo. El profesor estaba allí desde el primer momento.
Me había confundido con un alumno más.
La Sección de Estudiantes del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias organizó del 22 al 27 de Agosto del año 66 la Semana del Cine Hispano-Argentino, con la colaboración del “Cine Club Orotava”, “Cine Club Centro Icodense” y la Empresa del Teatro Topham. La selección de películas, tanto argentinas como españolas, se hizo con el asesoramiento, como siempre, de Eulogio Domingo.
Inauguró la Semana la película argentina “El Jefe” (1958) de Fernando Ayala, con Alberto de Mendoza, Leonardo Fabio, Graciela Borges y Ana Casares. Había sido, esta realización, el máximo éxito del año de su estreno. Drama policial, filme testimonio, interretación de la realidad argentina bajo la dictadura, con un enfoque incisivo y valiente, acaso, entonces, el más audaz de la pantalla argentina. Presentó la película y dirigió el coloquio Nicomedes Gómez Pimentel.La película española “El Espontáneo” (1964) de Jorge Grau se presentó en el Festival de Karlovy-Vary (Checoslovaquia). Son sus intérpretes: Luis Ferrín, que logra una interpretación no igualada por ningún actor español de parecida edad, Anabel Jordá, Naty Monterrey, Araceli López, Genma Arquer, Laly Soldevilla y Fernando Rey. Para esta sesión volvimos a invitar a Alfonso Trujillo para la presentación y el coloquio, continuando la colaboración prestada en la Clausura de la Temporada.
A mi me tocó presentar la película argentina “El delantero centro murió al amanecer” (1960) de René Mujica. Interpretan los principales papeles Raul Rosi y Didí Carli. Es la primera película de
este realizador que sirvió para consolidar su prestigio en el extranjero y representar a su nación con total honradez profesional en los festivales de todo el mundo. También dirigí el coloquio.“Los Tarantos” (1963) de Francisco Rovira Beleta, con una interesante fotografía en color, es una mistificación de la pieza escénica de Alfredo Mañas. Con una película de Rovira Beleta se tiene la sensación de estar ante un realizador que sabe cuáles son los recursos expresivos de un cine moderno y que busca constantemente una puesta en escena eficaz. La presentó y dirigió el coloquio Juan Gómez Luis-Ravelo.”Los Tarantos” contiene una figura de talla excepcional: Carmen Amaya. Puede afirmarse sin temor a cahierismos que “Los Tarantos” es Carmen Amaya, mujer extraordinaria para el baile y de insospechado talento dramático. Destacable, asimismo, la actuación de Antonio Gades. Completan el reparto Sara Lezana, Daniel Martin y Antonio Prieto.
Sobre un cuento de Jorge Luis Borges, el director argentino René Mujica logró una magnífica película en “El hombre de la esquina rosada”. Este es su segundo filme, que fue presentado por Eduardo Espinosa de los Monteros y Moas. También dirigió el coloquio de esta historia que es un drama de pasión y muerte, de amor y de venganza. Con Francisco Petrone, Susana Campos y Walter Vidarte, René Mujica hizo una de las mejores películas argentinas.Y cerró la Semana una película importante no sólo para los hombres de cine sino también para los hombres de letras. “La Tía Tula” (1964) cinematográfica es una trasposición de la novela de igual título de Don Miguel de Unamuno. Con ella Miguel Picazo, sin duda, ha querido rendir homenaje al hombre que cumplía cien años de su nacimiento. En el Festival Internacional de Cine
de San Sebastián había obtenido el Premio a la Mejor Dirección, Premio Perla del Cantábrico al mejor largometraje de habla hispana. Y del Círculo de Escritores Cinematográficos: Mejor Película, Mejor Director, Mejor actor de reparto (José Mª. Prada) y Mejor actriz de reparto (Enriqueta Carballeira). Premi Sant Jordi a la mejor película y a Aurora Bautista como mejor intérprete. La presentación de la película y el coloquio corrió a cargo de José M. Martínez de la Peña.
Recuerdo que con motivo del Centenario del nacimiento de Miguel de Unamuno celebró un acto cultural el Casino de Los Realejos. Por ser Profesor de Literatura, por haber estudiado en Salamanca y por la amistad que había surgido con su hija Felisa, a la hora de trabajar mi tesis sobre “Visión unamuniana del amor a la mujer”, me invitaron para cerrar el acto. MI disertación la había titulado: “Unamuno y la muerte su amada”. Y las palabras finales, que, año tras año, he ido repitiendo en mis clases al hablar de Don Miguel, las recuerdo: “En la amanecida del 31 de diciembre de 1936, José Ortega y Gasset se encontraba en un tren en la estación de Alicante, cuando oyó a un chaval que vendía periódicos, gritando: “¡Muerte de Unamuno!”, “¡Muerte de Unamuno en Salamanca!”. Y pensó. Muerte y Unamuno, dos palabras juntas, juntas como siempre. Pero con una preposición posesiva DE, que al hacer a la muerte de Unamuno hacía a Unamuno ya para siempre de la muerte”.
Como referíamos en anteriores entregas y cuenta Miguel Hernández González en “Una aproximación a la Historia del Cine Club Orotava”, la tutela paternalista y tolerante, pero sólo hasta cierto punto, del Colegio, acabó resultando intolerable. De ahí que, al comenzar la nueva temporada 1966-67, la pugna del Cine Club entre continuistas y rupturistas se saldó con la “victoria” de la tesis rupturista, cerrándose así una etapa muy significativa. Se impondría una reorganización en la Junta Directiva que quedó constituida así:
Presidente: Justo Díaz ExpósitoVicepresidente: Melchor García HernándezSecretario: Juan Felipe Hernández GonzálezVicesecretario: José Isidro Linares BercedoTesorero: Domingo Abreu GonzálezVicetesorero: Melchor Dorta HernándezVocales: Eulogio Domingo Hernández, Alfonso Trujillo Rodríguez, Manuel Rodríguez Mesa, Francisco García Hernández.Consejero religioso: Manuel Porlán
Yo termino con estos versos de Lopez de Vega, para ti, para tu esposa María Ángeles, tus hijos, tu hermana Laurita:
A mis soledades voy,de mis soledades vengo,porque para andar conmigome bastan mis pensamientos.

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