DURANTE LA EMERGENCIA
ARTÍCULO DE: David Crespo
Durante la emergencia: Estamos en el supuesto de que nos enfrentamos a una situación de emergencia y que dominamos perfectamente las condiciones de prevención a las que nos hemos referido anteriormente. Ahora empezaremos a desmenuzar las diferentes situaciones a las que debemos buscar soluciones de modo autónomo, ya que en la mayoría de los casos no dispondremos de ayuda inmediata. Al encontrarse ante una catástrofe, la mayoría de los medios disponibles estarán saturados, destruidos o con graves problemas de infraestructura, por tanto debemos actuar con nuestros medios, para salvaguardar la vida y los bienes de nuestra familia.Las situaciones de riesgo de dividen en naturales y artificiales:Naturales
Inundaciones
Temporales de Viento
Terremotos
Olas de Frío
Sequía y Calor
Incendios
Artificiales
Radioactividad
Contaminación tóxica
Procedamos a ver con detalle cada una de las situaciones:
Inundaciones:
Las inundaciones se producen como fruto de lluvias muy intensas y especialmente en zonas en las que discurren o confluyen torrentes, riachuelos e incluso alcantarillado en zonas urbanas. Ante tal emergencia conviene tomar una serie de medidas para protegerse y que se detallan seguidamente, aunque antes se debe realizar una consideración previa:
Consideraciones previas para las tormentas y lluvias torrenciales:
Las tormentas en sí mismas pueden representar un gran peligro, dado que en la mayoría de las ocasiones están acompañadas de intenso aparato eléctrico. Este poderoso fenómeno eléctrico, que es el rayo, causa en España alrededor de 70 muertes al año de forma directa o indirecta, por lo que vale la pena plantearse acciones de emergencia ante la presencia de fuertes tormentas. A continuación se detallan unos consejos para protegerse de los rayos.
Ante la inminente llegada de una fuerte tormenta, entrar en una casa o en un vehículo que no sea descapotable.
No utilizar el teléfono salvo en caso de extrema necesidad.
Si la tormenta nos sorprende en el exterior y no tenemos medios para alcanzar un edificio o automóvil hay que observar las siguientes reglas básicas:
· No correr jamás bajo una tormenta eléctrica.
· Evitar caminar junto a corrientes de agua o peor aún por la orilla del mar.
· Abandonar la maquinaria agrícola si nos sorprende en el campo.
· Apartarse de animales, especialmente si están mojados.
· No utilizar caballerías para huir de la tormenta.
· Apartarse de motocicletas, bicicletas y no tener en las manos objetos metálicos, varas, palos o mangos de herramientas. Recuerde que la madera mojada es conductora de la electricidad.
· Alejarse de vallas metálicas, tuberías, carriles y vías de tren.
· En el campo no refugiarse en pequeñas construcciones aisladas.
· No refugiarse bajo árboles grandes, altos o solitarios.
· Evitar las bocas de túneles para refugiarse.
· No caminar por debajo de líneas de alta tensión.
· Evitar caminos flanqueados por árboles altos y/o puntiagudos.
· Si la caída de un rayo parece inminente, agacharse de cuclillas.
En las embarcaciones, evitar estar en la cubierta.
En las casas, alejarse de puertas y ventanas, que deben estar completamente cerradas. Evitar estar junto a las bocas de las chimeneas.
Desconectar todos los aparatos eléctricos que sea posible, especialmente bajadas de antena de televisión y/o radio ante el menor síntoma de tormenta. Alejarse de tomas de enchufe o de la línea principal de suministro eléctrico.
Si un rayo impacta cerca o directamente en la vivienda y provoca daños, no acercarse a evaluarlos hasta pasado el episodio tormentoso.
En el automóvil, las puertas y cristales deberán permanecer cerrados, la radio apagada con la antena bajada y el contacto del motor desconectado. También es conveniente tener cerradas las entradas de aire exterior.
De progresar la tormenta y la lluvia en forma torrencial, deberemos tomar las siguientes
Medidas y recomendaciones ante la inminente inundación:
Mantenerse a la escucha en una emisora de radio comercial para estar informado de las noticias de la catástrofe.
Empezar a revisar el Plan de Emergencia y asegurarse de que se tiene todo lo necesario para poder resistir varios días en el domicilio de forma autónoma, en especial alimentos y agua. Consultar la lista del Material Mínimo de Emergencia en el Hogar (MMEH), del Apéndice.
Localizar a los miembros de la unidad familiar. Ponerlos en antecedentes y que pongan en marcha el P.E.F. Como primer paso indicar los lugares más altos de la vivienda y empezar el traslado de los objetos de valor a los pisos superiores.
Evitar que sustancias tóxicas y/o inflamables de la vivienda entren en contacto con el agua, trasladándolas a pisos superiores y/o mejor colocándolas en recipientes impermeables o con tapa. Retirar objetos del interior o exterior que puedan ser arrastrados por el agua.
Prohibir el acceso a las partes inundables de la vivienda, como sótanos.
En viviendas comunitarias, prohibir el acceso al garaje subterráneo y sótanos.
No utilizar el ascensor, el fluido eléctrico puede fallar en cualquier momento.
Desconectar los electrodomésticos y si es necesario todo el fluido eléctrico.
Usar el teléfono sólo lo necesario.
Tener siempre en mente la posibilidad de abandonar la vivienda. Prepárese.
Si el nivel del agua nos obliga a evacuar nuestro hogar, recordar las normas de evacuación descritas en el Plan de Emergencia Familiar y dirigirse preferentemente a un lugar elevado, evitar los valles o permanecer junto a ríos, canales, cauces o acequias, aunque estén secos o con poco caudal. No olvidar el Material Mínimo de Emergencia en el Vehículo.
Si el nivel del agua nos aísla en la parte superior de la vivienda, no intentar jamás abandonarla a nado puesto que quedaríamos a merced de las corrientes del agua, es mejor esperar la ayuda.
Si la fuerza del agua nos arrastra, intentar asirse a algún objeto pesado que flote o fijo.
Para circular con seguridad, antes de partir intentar averiguar el estado de las carreteras, mediante la radio o televisión. Es mejor partir antes que verse después con graves problemas de circulación.
Viajar siempre con el depósito de combustible lleno, si la inundación coincide en épocas muy frías, dispondremos de esta forma de tiempo extra de calefacción.
La circulación durante lluvias torrenciales es extremadamente peligrosa, por tanto tendrá que evitarse al máximo, no obstante si no quedara más remedio se prestará especial atención a la altura del agua sobre el pavimento, circulando a una velocidad moderada y prestando especial atención a los frenos, que no funcionan con la misma efectividad que cuando están secos. Si el agua empieza a entrar en el interior del vehículo o éste se para, es mejor abandonarlo, llevándose consigo todo el Material Mínimo de Emergencia del Vehículo (MMEV). Intentar circular preferentemente por carreteras principales o autopistas, evitando especialmente carreteras secundarias, atajos o pistas forestales. Estimar con cautela las distancias y posibles obstáculos de la calzada, dado que la lluvia reduce la visibilidad considerablemente.
Es muy peligroso cruzar lugares inundados, por lo que conviene realizar una estimación de la profundidad del lugar, saliendo del coche si es necesario, pero con suma precaución. Si el agua lleva corriente y hay que medir la profundidad o simplemente salir del vehículo, atarse una cuerda a la cintura y atarla al vehículo para que el resto de ocupantes pueda ayudar en caso de arrastre por el agua. Asegurarse de que el vehículo no puede ser arrastrado durante esta operación ya que nos arrastraría consigo a nosotros también. Si es posible cruzar con el vehículo se realizará con la marcha más corta posible, en el caso de lo todoterreno se usarán las reductoras y tracción total. No confiarse por la potencia y el peso de los vehículos todoterreno, que pueden ser arrastrados por el agua de la misma forma que los vehículos normales. Si se dispone de torno eléctrico, asegurar el vehículo antes de cruzar.
Jamás cruce un puente en el que el agua rebase por encima del mismo. Puede estar cortado el camino, quedando oculto por la corriente, y caeríamos al cauce
Una vez pasada la emergencia, al regresar a la vivienda deberá realizarse una inspección de la estructura para asegurar que no existe peligro de derrumbamiento. Así mismo no se entrará en su interior con cigarrillos encendidos o dispositivo que produzca llama o chispa alguna, dado que podría haber sustancias inflamables dispersas o conducciones de gas rotas. Igualmente se prestará especial atención a la posibilidad de que se produzcan cortocircuitos al restablecerse el suministro de fluido eléctrico.
Beber sólo agua embotellada o en su defecto hervida. No comer ningún alimento que haya estado en contacto con el agua, ni utilizar ningún medicamento que se haya mojado.
No utilizar ropa mojada.
Estar al corriente de las normas de sanidad dictadas por las autoridades. Después de una inundación las condiciones sanitarias suelen ser muy deficientes y existe el riesgo de contaminaciones. En especial retirar lo más rápidamente posible los animales muertos, alimentos en mal estado, productos químicos, etc.
Deberá prestarse especial cuidado a no utilizar las aguas residuales hasta que las autoridades hayan asegurado su óptimo funcionamiento.
Higienizar la vivienda, colaborando con los servicios municipales.
Colaborar en la medida de lo posible en las tareas de rescate y salvamento, con las adecuadas medidas de protección y seguridad personal.
Temporales de viento:
Una de las fuerzas destructoras de la naturaleza es el viento, que se manifiesta en ocasiones en formas violentísimas como huracanes y tornados. Si bien España no es un país en los que sean frecuentes, sí que en muchas ocasiones se han producido fortísimos temporales de viento y desgraciadamente se han cobrado la vida de muchas personas. Normalmente, un temporal de viento puede ser previsto por los servicios de vigilancia meteorológicos por lo que, posiblemente, se informará de ello a través de los diferentes medios de comunicación. Mientras sea posible y la situación no lo impida, sintonizar la radio o televisor para estar puntualmente informado.De confirmarse la amenaza, habrá que disponer una serie de medidas para proteger nuestras vidas y las del resto de la familia, por tanto el conocer de antemano el Plan de Emergencia Familiar nos ahorrará un tiempo muy valioso. Seguidamente se detallan una serie de recomendaciones válidas para hacer frente a un temporal de viento; si dicho temporal va acompañado de fuerte precipitación de agua debe seguir la pauta descrita para tormentas o inundaciones, si no es así seguiremos estas pautas:
Estar informado en todo momento de la situación mediante la radio y televisión, si se interrumpe el fluido eléctrico podremos usar la radio a pilas; así mismo, de estar cerca la hora de puesta de Sol, prepararemos todo el material para garantizar la iluminación de la vivienda.
Permanecer en el interior de la vivienda, preferiblemente en la parte más baja o sótano, de esta forma evitaremos ser alcanzados por objetos que el viento arrastra. No salir jamás de ella para coger el vehículo y huir del temporal, es muy peligroso.
Permanecer lejos de las ventanas con cristales, que pueden estallar por la presión del viento exterior.
Si el temporal nos alcanza fuera de una vivienda, buscar una zanja o alcantarilla.
Si se está en el interior de un vehículo o caravana, es mejor abandonarlos y buscar refugio debajo de un puente, zanja, etc. Si no queda más remedio refugiarse debajo del vehículo, nunca en su interior.
Una vez pasado el temporal se revisará el estado de la vivienda y se prepararán los MMEH para la supervivencia en el caso de que la situación pueda prolongarse varios días.
Si la situación obliga a una evacuación, se procederá según el PEF y teniendo siempre a punto el MMEV.
Mantenerse alejado de las ruinas afectadas estructuralmente por el viento.
Ser cuidadoso con los alimentos y bebidas, revisar su estado de higiene, beber y comer sólo productos envasados.
Terremotos:
Las convulsiones internas de la Tierra generan en ocasiones elevadas presiones que se pueden liberar de modo violento, esto se conoce como terremoto. Su poder destructivo ha quedado reflejado en la historia de nuestra civilización como uno de los más terribles. Todo sucede en unos pocos segundos o minutos, pero con unas consecuencias catastróficas. A veces, la proximidad con una zona costera, desencadena una ola gigantesca y destructora conocida como maremoto o "tsunami".Ante una catástrofe como ésta, será de vital importancia el que se conozca el PEF a la perfección y se tengan los Medios Mínimos de Emergencia en el Hogar y en el vehículo (MMEH y MMEV). Según las proporciones que haya tenido el seísmo, se tardará más o menos tiempo en poder restablecer el natural orden de las cosas y las personas pero, por lo general, se tendrá que ser autosuficiente por un largo espacio de tiempo.Seguidamente se detallan las recomendaciones ante este suceso:
Si sucede mientras estamos en el interior de la vivienda habitual, intentaremos salir a la mayor brevedad al exterior, alejándonos de paredes y muros que pudieran desplomarse. Si no es posible salir en unos breves segundos, es mucho mejor quedarse en el interior y protegerse en una habitación en la que haya muebles pesados o mesas bajo las que cobijarse. También sirve el permanecer bajo los marcos de las puertas. La mayoría de las muertes se producen al intentar salir de los inmuebles, siendo las víctimas alcanzadas por los objetos que caen de los edificios.
No utilizar ascensores y evitar el moverse por las escaleras.
No utilizar cerillas, velas ni llama o chispas de clase alguna durante el terremoto, podría haber conducciones de gas rotas o combustible derramado.
No permanecer en los balcones, junto a ventanas o chimeneas.
Si el seísmo sucede mientras se está en el exterior, alejarse de los edificios, postes eléctricos, muros, estatuas, etc. Si no queda más remedio, refugiarse debajo de una marquesina o marco de alguna puerta de la calle.
Si se está conduciendo un vehículo, pararse de inmediato y esperar a que cese el seísmo. Precaución al reanudar la marcha.
Una vez finalizado el seísmo, se procederá con suma precaución a desconectar todas las fuentes de energía de la vivienda. Antes de entrar en un inmueble se observará el riesgo de derrumbamiento.
Apagar cualquier fuego que esté a la vista y prohibir fumar en las proximidades de las ruinas.
Caminar entre las ruinas con calzado adecuado, para protección frente a objetos cortantes o punzantes.
Preparar la supervivencia, localizando los medios de emergencia tanto del propio hogar como del vehículo.
Extreme las condiciones sanitarias, en especial en el consumo de agua e ingestión de alimentos.
Si hay que evacuar la zona recuerde las normas para hacerlo en el PEF.
Seguir a la escucha de las informaciones de la radio a pilas dado que, con toda seguridad, el fluido eléctrico se habrá interrumpido.
Economizar al máximo todos los recursos, ya que la ayuda puede tardar varios días en llegar.
Ante el riesgo de la repetición de seísmos o réplicas del principal, es preferible alejarse de las construcciones que muestren serios daños estructurales y jamás penetrar en su interior.
Olas de frío y nevadas:
No es infrecuente la existencia de años en los que la crudeza del invierno llega a valores peligrosos para la vida de la población. Si no es en principio por el efecto directo de la temperatura, sí lo es por las complicaciones que conlleva.Por regla general a las olas de frío le acompañan precipitaciones en forma de nieve o granizo, vientos gélidos y húmedos, ventiscas y nieblas. La mezcla de todos estos ingredientes puede ser catastrófica para una determinada zona o región o incluso ser muy localizada pero en la que la vida de muchos o pocos correrá peligro.
A continuación se detallan una serie de precauciones y acciones a realizar durante estas situaciones:
Vestir adecuadamente, en especial al salir al exterior. Si no queda más remedio y hay que abandonar la vivienda y dependiendo de la distancia a recorrer a pie, deberá de extremarse la indumentaria, protegiéndose especialmente manos y cabeza, calzado apropiado e impermeable y taparse la boca para evitar respirar aire muy frio para los pulmones. En distancias largas y climas extremadamente fríos, no abandonar jamás la vivienda sin una linterna, algún alimento rico en calorías y un calentador de emergencia instantáneo.
Prohibir que personas mayores, débiles o niños abandonen la casa.
Tener en el domicilio el MMEH en plenas condiciones de uso.
En el caso de vivir en zonas aisladas o rurales se tomará especial precaución al peligro de quedarse aislado. Para minimizar el problema se procurará tener almacenados alimentos y combustibles para al menos dos semanas. Es recomendable disponer de un generador eléctrico y de reserva de combustible para el caso de que las comunicaciones y el fluido eléctrico queden cortados.
Estar informado mediante la radio de los cambios meteorológicos.
Con el fin de optimizar las reservas de combustible, evitar querer calentar toda la casa, es mejor cerrar algunas habitaciones y reservar la calefacción a lo imprescindible.
Si es interrumpido el suministro eléctrico, utilizar la estufa y la cocina de emergencia preparadas a tal fin.
Si hay que desplazarse con el vehículo no hacerlo nunca una persona sola, asegurar que el vehículo esta al 100% de combustible y que el MMEV está completo y operativo.
Si el vehículo se para a consecuencia del frío o la nieve, permanecer en su interior, con la calefacción al mínimo y ayudándose con una manta para conservar el calor. Escuchar la información de la radio a pilas o la del propio vehículo. No quedarse dormido en el interior del vehículo y asegurarse de que la ventilación es suficiente.
Circular con nieve o hielo es extremadamente peligroso y difícil, para ello deberán usarse las cadenas y circular con mucha precaución, evitando las frenadas bruscas.
Si se produce algún caso de enfriamiento agudo del cuerpo o una hipotermia pueden seguirse algunos consejos básicos mientras llega ayuda:
· Intentar calentar a la víctima pero de forma escalonada, no bruscamente.
· Mover las partes más afectadas suavemente, con ayuda de masajes excepto si aparecen claros síntomas de congelación.
· No darle jamás alcohol para beber. Darle caldos, infusiones,....
· No darle friegas con nieve, los tejidos y la piel podrían quedar afectados.
· Si se forman ampollas en la parte afectada no pincharlas nunca.
Sequías y olas de calor:
La sequía consiste en una acusada deficiencia en el nivel de lluvias de una región o comarca e implica algunos graves problemas para la población, tales como:
Falta de agua potable.
Disminución de los valores de higiene y salubridad.
Riesgo de enfermedades.
Falta de agua para labores agrícolas y ganaderas.
Erosión del terreno.
Graves daños a la fauna y a la flora.
Problemas de suministro a las industrias.
Disminución de la producción de energía hidroeléctrica.
Afortunadamente esta situación de riesgo se muestra escalonadamente y no de forma inmediata, por ello es más fácil el prever normas de prevención para poder afrontarla.
Prestar atención a los mensajes de las autoridades en lo que a economía de consumo se refiere.
Ahorrar al máximo el consumo siguiendo estos consejos:
· Ducharse en lugar de darse un baño.
· Utilizar la lavadora a plena carga.
· Tener abiertos los grifos sólo lo imprescindible.
· Usar la cisterna del inodoro lo imprescindible, no usarlo para fines no sanitarios.
· No regar los jardines, ni llenar piscinas.
· No limpiar con agua la calle de su domicilio, vehículo, etc.
· Asegurarse de que no hay fugas en la instalación.
· Almacenar agua en los periodos de suministro.
Es conveniente tener disponibles botellas de plástico grandes de agua o bidones listos para llenar y poder con ello almacenar agua.
Si la situación es muy grave, aprovisionarse de líquidos sustitutivos, tales como aguas minerales, refrescos, zumos, etc. No esperar el último momento para comprarlos.
Evitar las actividades que puedan producir deshidratación o que requieran hacer uso constante de la higiene corporal.
Vigilar el estado de los alimentos, es preferible tener agua almacenada en perfectas condiciones para poder lavar los alimentos antes de consumirlos. La limpieza de los utensilios de cocina debe ser con agua perfectamente higiénica o en su defecto con agua hervida sobre todo si hay dudas sobre su estado.
Desconfiar en periodos de sequía de las fuentes clandestinas de suministro de agua ya que pueden carecer de las garantías sanitarias para su uso.
Mucho cuidado en dejar a personas en el interior de vehículos expuestos a la acción del Sol, la temperatura puede llegar a valores muy altos. Evitar en las horas de más calor que las personas mayores o niños de corta edad viajen en vehículos sin aire acondicionado.
En el caso de que alguna persona sufra de una insolación o "golpe de calor" se puede proceder de la forma siguiente mientras se recibe ayuda médica:
· Buscar un sitio fresco y ventilado para tender a la víctima.
· Con ayuda de paños o vendas empapadas en agua fría cubrir gradualmente el cuerpo, empezando por la cabeza. Si el cuerpo se enfría demasiado rápido, la víctima puede sufrir un shock.
· Hidratarle con agua con sal (1 gramo por litro) o en su defecto bicarbonatada.
Incendios:
Como consecuencia de muchas catástrofes, aparece también un grave riesgo para la población, que son los incendios. Es tal vez uno de los fenómenos más destructivos de la naturaleza y seguidamente se trata de recomendar una serie de acciones para evitar al máximo los riesgos.
En el hogar y ante la proximidad de un incendio, hay que comprobar primeramente que se dispone de los medios suficientes para intentar controlarlo, como extintores o mangueras de agua, si no es así, evacuar la zona inmediatamente.
Una de las normas básicas para evitar los incendios después de las catástrofes es el de no encender ningún fuego, sin comprobar previamente que no haya fugas de gas o derrame de sustancias inflamables.
Si un incendio generalizado se acerca hasta la vivienda, hay que procurar desprenderse de todos los líquidos inflamables, a excepción de los combustibles que estarán en lugar seguro y preparado por si hay que evacuar la zona.
Conocer al detalle las vías de escape del domicilio o comunidad de vecinos.
Si el incendio alcanza inevitablemente la vivienda, cortar todos los suministros de gas y electricidad. Empezar a mojar todos los objetos circundantes para evitar que se quemen.
Caminar agachado por pasillos y habitaciones con la boca y la nariz protegidas con un pañuelo o trapo mojado.
Evitar las corrientes de aire, cerrando puertas y ventanas.
Antes de abrir cualquier puerta, tocarla con la palma de la mano, si está caliente no abrirla jamás.
Si las prendas de otra persona o las propias se incendian, lo mejor es rodar por el suelo hasta extinguir las llamas o cubrirse con una manta o abrigo.
Si el incendio es en el bosque intentar caminar por la parte ya quemada y evitar las zonas que producen el efecto chimenea, como laderas, desfiladeros, etc.
Si se transita por bosques de gran extensión, vigilar el horizonte de tanto en tanto a la búsqueda de alguna señal de humo que pueda amenazarnos.
Si el incendio nos rodea, intentar dirigirse a la proximidad de un riachuelo o estanque.
Las cuevas poco profundas pueden ser especialmente peligrosas, ya que podemos quedarnos sin oxígeno.
Con el fin de evitar los incendios en las zonas forestales por nuestra propia negligencia se relacionan a continuación una serie de recomendaciones básicas:
· No abandonar jamás una hoguera encendida.
· Disponer en torno al fuego de una amplia superficie limpia de matojos o hierbas.
· Si hace mucho viento, rodear la hoguera con piedras a fin de evitar su propagación a zonas colindantes.
· Tener a mano los medios para, en caso de necesidad, poder apagar el fuego de forma rápida y eficaz.
· No dejar en zonas forestales botellas o utensilios de cristal que pudieran concentrar los rayos solares y generar un incendio.
· No tirar colillas ni cerillas al suelo.
· Al abandonar la zona asegurarse de que el fuego está totalmente extinguido.
Contaminación radiactiva:
El uso cada día más frecuente de la energía nuclear, tanto para fines pacíficos como militares, entraña el riesgo de una catástrofe de grandes proporciones. Las propias averías de las centrales nucleares, el transporte de elementos de estas instalaciones por vía terrestre, los ensayos y experimentos científicos, las pruebas nucleares y la posibilidad de una confrontación bélica con armas atómicas, son motivos más que suficientes para que en muchos países sea obligatorio un plan de emergencia ante este riesgo. En Estados Unidos por ejemplo, la administración suministra planos de forma gratuita a la población para que puedan construir refugios atómicos o modificar habitaciones de las viviendas para tal efecto. Cualquier empresa americana debe contar con su correspondiente plan de emergencia nuclear y si no lo hace, está cometiendo un delito federal...
Ante el riesgo o posibilidad de una de las supuestas situaciones de emergencia de carácter radiactiva, se estará permanentemente a la escucha de la radio o televisión para recabar información de utilidad para el periodo de emergencia.
Inmediatamente después del aviso por parte de las autoridades o mediante otros canales fidedignos de comunicación, se procederá a buscar refugio inmediatamente, especialmente si se trata de una explosión atómica. Ante este supuesto vale decir, que las posibilidades de supervivencia a distancias cortas del punto de impacto son prácticamente nulas, a distancias de 20 a 30 kilómetros la onda de calor sigue siendo suficiente como para abrasar a una persona al descubierto.
Si el aviso es por contaminación radiactiva, procederemos a refugiarnos en nuestros domicilios, preparándonos para poder sobrevivir de forma autónoma por espacio de unas 2 semanas. La lista de MMEH deberá estar al completo y duplicar o triplicar nuestras despensas con productos de larga conservación incluso a temperatura ambiente.
En el domicilio, cerraremos todas las aberturas al exterior, dejando un mínimo para la aireación de la vivienda, así evitaremos que las partículas de la precipitación radiactiva entren en el interior.
Estar a la escucha de posibles avisos de reducción de niveles de contaminación que permitirían salir al exterior.
Si por algún motivo nos vemos en la necesidad de salir a pesar de estar la zona contaminada, habrá que protegerse concienzudamente con ropa, capucha y guantes, procediendo posteriormente a su inmediato lavado.
Si la lluvia radiactiva, nos alcanza en campo abierto, procurar buscar un refugio que proteja de las partículas. Una capa de 90 cm de tierra protege casi al 100% de las partículas radiactivas. NO beber agua de arroyos o manantiales ni comer fruta alguna que haya estado expuesta a la radiación.Seguidamente y para improvisar un refugio atómico en el domicilio se detallan los espesores recomendados de diferentes materiales:
10 cm de hormigón
15 cm de ladrillo.
15 cm de arena (en sacos o cajas)
18 cm de tierra
20 cm de bloques huecos de cemento.
25 cm de agua
36 cm de libros o revistas
46 cm de madera.
Un fenómeno poco conocido y de extrema importancia después de una explosión nuclear es el llamado Pulso Electromagnético, cuyas características y efectos son de particular interés para cualquier persona que disponga de equipos de recepción-transmisión de radio.Seguidamente a la explosión nuclear, se produce un fortísimo campo electromagnético que puede llegar con facilidad a los 50.000 voltios por metro cuadrado, lo cual evidentemente tiene capacidad más que suficiente para dañar cualquier aparato electrónico. También este Pulso Electromagnético produce una ionización intensísima de la atmósfera que afecta gravemente a cualquier transmisión vía radio, bien por su completa absorción o por impedir la penetración en la ionosfera (las comunicaciones vía satélite quedan anuladas).
El descubrimiento de este efecto secundario a una explosión nuclear, se produjo en los años sesenta en pruebas de detonaciones a gran altura, con colapsos de las comunicaciones a un nivel geográfico muy extenso. Sus efectos son menos intensos en aparatos que funcionan con lámparas (válvulas electrónicas) de vacío, pero los modernos equipos, basados en microprocesadores y componentes de silicio son prácticamente inutilizados en pocos segundos.
Así pues, para mantener las comunicaciones durante estas catástrofes, pueden tomarse medidas preventivas con los equipos, tales como encerrarlos en blindajes metálicos, utilización de fibra óptica en lugar de circuitos convencionales y disponer de equipos de emergencia a lámparas.
Contaminación tóxica (química):
Muchas de las sustancias utilizadas por algunas empresas son nocivas para las personas, en algunas ocasiones pueden producirse accidentes en las propias empresas o durante el transporte de sustancias tóxicas, por lo que una amplia zona queda expuesta a los efectos nocivos y en ocasiones hasta mortales.Si llega hasta nosotros la noticia de la emergencia procederemos con calma y muy atentos a las noticias radiadas, dado que en tales circunstancias es posible la evacuación de la zona contaminada, especialmente si la extensión no es muy grande.
No salir bajo ningún concepto de nuestro domicilio, salvo por indicación de la autoridad.
Cerrar puertas y ventanas, avisar al resto de la familia y preparar el MMEH.
Si llega la orden de evacuar la zona, procederemos con mucha calma y tendremos cuidado de que nos llevamos consigo los materiales recomendados en el Plan de Emergencia Familiar y que el MMEV está al completo. Asegurar especialmente que el vehículo tiene carburante para largas distancias.
No ingerir ningún alimento que no estuviera previamente envasado ni beber ningún agua sin embotellar.
Si algún miembro de la unidad familiar se siente indispuesto, localizar y acudir a un centro de atención médica.
ARTÍCULO DE: David Crespo
Durante la emergencia: Estamos en el supuesto de que nos enfrentamos a una situación de emergencia y que dominamos perfectamente las condiciones de prevención a las que nos hemos referido anteriormente. Ahora empezaremos a desmenuzar las diferentes situaciones a las que debemos buscar soluciones de modo autónomo, ya que en la mayoría de los casos no dispondremos de ayuda inmediata. Al encontrarse ante una catástrofe, la mayoría de los medios disponibles estarán saturados, destruidos o con graves problemas de infraestructura, por tanto debemos actuar con nuestros medios, para salvaguardar la vida y los bienes de nuestra familia.Las situaciones de riesgo de dividen en naturales y artificiales:Naturales
Inundaciones
Temporales de Viento
Terremotos
Olas de Frío
Sequía y Calor
Incendios
Artificiales
Radioactividad
Contaminación tóxica
Procedamos a ver con detalle cada una de las situaciones:
Inundaciones:
Las inundaciones se producen como fruto de lluvias muy intensas y especialmente en zonas en las que discurren o confluyen torrentes, riachuelos e incluso alcantarillado en zonas urbanas. Ante tal emergencia conviene tomar una serie de medidas para protegerse y que se detallan seguidamente, aunque antes se debe realizar una consideración previa:
Consideraciones previas para las tormentas y lluvias torrenciales:
Las tormentas en sí mismas pueden representar un gran peligro, dado que en la mayoría de las ocasiones están acompañadas de intenso aparato eléctrico. Este poderoso fenómeno eléctrico, que es el rayo, causa en España alrededor de 70 muertes al año de forma directa o indirecta, por lo que vale la pena plantearse acciones de emergencia ante la presencia de fuertes tormentas. A continuación se detallan unos consejos para protegerse de los rayos.
Ante la inminente llegada de una fuerte tormenta, entrar en una casa o en un vehículo que no sea descapotable.
No utilizar el teléfono salvo en caso de extrema necesidad.
Si la tormenta nos sorprende en el exterior y no tenemos medios para alcanzar un edificio o automóvil hay que observar las siguientes reglas básicas:
· No correr jamás bajo una tormenta eléctrica.
· Evitar caminar junto a corrientes de agua o peor aún por la orilla del mar.
· Abandonar la maquinaria agrícola si nos sorprende en el campo.
· Apartarse de animales, especialmente si están mojados.
· No utilizar caballerías para huir de la tormenta.
· Apartarse de motocicletas, bicicletas y no tener en las manos objetos metálicos, varas, palos o mangos de herramientas. Recuerde que la madera mojada es conductora de la electricidad.
· Alejarse de vallas metálicas, tuberías, carriles y vías de tren.
· En el campo no refugiarse en pequeñas construcciones aisladas.
· No refugiarse bajo árboles grandes, altos o solitarios.
· Evitar las bocas de túneles para refugiarse.
· No caminar por debajo de líneas de alta tensión.
· Evitar caminos flanqueados por árboles altos y/o puntiagudos.
· Si la caída de un rayo parece inminente, agacharse de cuclillas.
En las embarcaciones, evitar estar en la cubierta.
En las casas, alejarse de puertas y ventanas, que deben estar completamente cerradas. Evitar estar junto a las bocas de las chimeneas.
Desconectar todos los aparatos eléctricos que sea posible, especialmente bajadas de antena de televisión y/o radio ante el menor síntoma de tormenta. Alejarse de tomas de enchufe o de la línea principal de suministro eléctrico.
Si un rayo impacta cerca o directamente en la vivienda y provoca daños, no acercarse a evaluarlos hasta pasado el episodio tormentoso.
En el automóvil, las puertas y cristales deberán permanecer cerrados, la radio apagada con la antena bajada y el contacto del motor desconectado. También es conveniente tener cerradas las entradas de aire exterior.
De progresar la tormenta y la lluvia en forma torrencial, deberemos tomar las siguientes
Medidas y recomendaciones ante la inminente inundación:
Mantenerse a la escucha en una emisora de radio comercial para estar informado de las noticias de la catástrofe.
Empezar a revisar el Plan de Emergencia y asegurarse de que se tiene todo lo necesario para poder resistir varios días en el domicilio de forma autónoma, en especial alimentos y agua. Consultar la lista del Material Mínimo de Emergencia en el Hogar (MMEH), del Apéndice.
Localizar a los miembros de la unidad familiar. Ponerlos en antecedentes y que pongan en marcha el P.E.F. Como primer paso indicar los lugares más altos de la vivienda y empezar el traslado de los objetos de valor a los pisos superiores.
Evitar que sustancias tóxicas y/o inflamables de la vivienda entren en contacto con el agua, trasladándolas a pisos superiores y/o mejor colocándolas en recipientes impermeables o con tapa. Retirar objetos del interior o exterior que puedan ser arrastrados por el agua.
Prohibir el acceso a las partes inundables de la vivienda, como sótanos.
En viviendas comunitarias, prohibir el acceso al garaje subterráneo y sótanos.
No utilizar el ascensor, el fluido eléctrico puede fallar en cualquier momento.
Desconectar los electrodomésticos y si es necesario todo el fluido eléctrico.
Usar el teléfono sólo lo necesario.
Tener siempre en mente la posibilidad de abandonar la vivienda. Prepárese.
Si el nivel del agua nos obliga a evacuar nuestro hogar, recordar las normas de evacuación descritas en el Plan de Emergencia Familiar y dirigirse preferentemente a un lugar elevado, evitar los valles o permanecer junto a ríos, canales, cauces o acequias, aunque estén secos o con poco caudal. No olvidar el Material Mínimo de Emergencia en el Vehículo.
Si el nivel del agua nos aísla en la parte superior de la vivienda, no intentar jamás abandonarla a nado puesto que quedaríamos a merced de las corrientes del agua, es mejor esperar la ayuda.
Si la fuerza del agua nos arrastra, intentar asirse a algún objeto pesado que flote o fijo.
Para circular con seguridad, antes de partir intentar averiguar el estado de las carreteras, mediante la radio o televisión. Es mejor partir antes que verse después con graves problemas de circulación.
Viajar siempre con el depósito de combustible lleno, si la inundación coincide en épocas muy frías, dispondremos de esta forma de tiempo extra de calefacción.
La circulación durante lluvias torrenciales es extremadamente peligrosa, por tanto tendrá que evitarse al máximo, no obstante si no quedara más remedio se prestará especial atención a la altura del agua sobre el pavimento, circulando a una velocidad moderada y prestando especial atención a los frenos, que no funcionan con la misma efectividad que cuando están secos. Si el agua empieza a entrar en el interior del vehículo o éste se para, es mejor abandonarlo, llevándose consigo todo el Material Mínimo de Emergencia del Vehículo (MMEV). Intentar circular preferentemente por carreteras principales o autopistas, evitando especialmente carreteras secundarias, atajos o pistas forestales. Estimar con cautela las distancias y posibles obstáculos de la calzada, dado que la lluvia reduce la visibilidad considerablemente.
Es muy peligroso cruzar lugares inundados, por lo que conviene realizar una estimación de la profundidad del lugar, saliendo del coche si es necesario, pero con suma precaución. Si el agua lleva corriente y hay que medir la profundidad o simplemente salir del vehículo, atarse una cuerda a la cintura y atarla al vehículo para que el resto de ocupantes pueda ayudar en caso de arrastre por el agua. Asegurarse de que el vehículo no puede ser arrastrado durante esta operación ya que nos arrastraría consigo a nosotros también. Si es posible cruzar con el vehículo se realizará con la marcha más corta posible, en el caso de lo todoterreno se usarán las reductoras y tracción total. No confiarse por la potencia y el peso de los vehículos todoterreno, que pueden ser arrastrados por el agua de la misma forma que los vehículos normales. Si se dispone de torno eléctrico, asegurar el vehículo antes de cruzar.
Jamás cruce un puente en el que el agua rebase por encima del mismo. Puede estar cortado el camino, quedando oculto por la corriente, y caeríamos al cauce
Una vez pasada la emergencia, al regresar a la vivienda deberá realizarse una inspección de la estructura para asegurar que no existe peligro de derrumbamiento. Así mismo no se entrará en su interior con cigarrillos encendidos o dispositivo que produzca llama o chispa alguna, dado que podría haber sustancias inflamables dispersas o conducciones de gas rotas. Igualmente se prestará especial atención a la posibilidad de que se produzcan cortocircuitos al restablecerse el suministro de fluido eléctrico.
Beber sólo agua embotellada o en su defecto hervida. No comer ningún alimento que haya estado en contacto con el agua, ni utilizar ningún medicamento que se haya mojado.
No utilizar ropa mojada.
Estar al corriente de las normas de sanidad dictadas por las autoridades. Después de una inundación las condiciones sanitarias suelen ser muy deficientes y existe el riesgo de contaminaciones. En especial retirar lo más rápidamente posible los animales muertos, alimentos en mal estado, productos químicos, etc.
Deberá prestarse especial cuidado a no utilizar las aguas residuales hasta que las autoridades hayan asegurado su óptimo funcionamiento.
Higienizar la vivienda, colaborando con los servicios municipales.
Colaborar en la medida de lo posible en las tareas de rescate y salvamento, con las adecuadas medidas de protección y seguridad personal.
Temporales de viento:
Una de las fuerzas destructoras de la naturaleza es el viento, que se manifiesta en ocasiones en formas violentísimas como huracanes y tornados. Si bien España no es un país en los que sean frecuentes, sí que en muchas ocasiones se han producido fortísimos temporales de viento y desgraciadamente se han cobrado la vida de muchas personas. Normalmente, un temporal de viento puede ser previsto por los servicios de vigilancia meteorológicos por lo que, posiblemente, se informará de ello a través de los diferentes medios de comunicación. Mientras sea posible y la situación no lo impida, sintonizar la radio o televisor para estar puntualmente informado.De confirmarse la amenaza, habrá que disponer una serie de medidas para proteger nuestras vidas y las del resto de la familia, por tanto el conocer de antemano el Plan de Emergencia Familiar nos ahorrará un tiempo muy valioso. Seguidamente se detallan una serie de recomendaciones válidas para hacer frente a un temporal de viento; si dicho temporal va acompañado de fuerte precipitación de agua debe seguir la pauta descrita para tormentas o inundaciones, si no es así seguiremos estas pautas:
Estar informado en todo momento de la situación mediante la radio y televisión, si se interrumpe el fluido eléctrico podremos usar la radio a pilas; así mismo, de estar cerca la hora de puesta de Sol, prepararemos todo el material para garantizar la iluminación de la vivienda.
Permanecer en el interior de la vivienda, preferiblemente en la parte más baja o sótano, de esta forma evitaremos ser alcanzados por objetos que el viento arrastra. No salir jamás de ella para coger el vehículo y huir del temporal, es muy peligroso.
Permanecer lejos de las ventanas con cristales, que pueden estallar por la presión del viento exterior.
Si el temporal nos alcanza fuera de una vivienda, buscar una zanja o alcantarilla.
Si se está en el interior de un vehículo o caravana, es mejor abandonarlos y buscar refugio debajo de un puente, zanja, etc. Si no queda más remedio refugiarse debajo del vehículo, nunca en su interior.
Una vez pasado el temporal se revisará el estado de la vivienda y se prepararán los MMEH para la supervivencia en el caso de que la situación pueda prolongarse varios días.
Si la situación obliga a una evacuación, se procederá según el PEF y teniendo siempre a punto el MMEV.
Mantenerse alejado de las ruinas afectadas estructuralmente por el viento.
Ser cuidadoso con los alimentos y bebidas, revisar su estado de higiene, beber y comer sólo productos envasados.
Terremotos:
Las convulsiones internas de la Tierra generan en ocasiones elevadas presiones que se pueden liberar de modo violento, esto se conoce como terremoto. Su poder destructivo ha quedado reflejado en la historia de nuestra civilización como uno de los más terribles. Todo sucede en unos pocos segundos o minutos, pero con unas consecuencias catastróficas. A veces, la proximidad con una zona costera, desencadena una ola gigantesca y destructora conocida como maremoto o "tsunami".Ante una catástrofe como ésta, será de vital importancia el que se conozca el PEF a la perfección y se tengan los Medios Mínimos de Emergencia en el Hogar y en el vehículo (MMEH y MMEV). Según las proporciones que haya tenido el seísmo, se tardará más o menos tiempo en poder restablecer el natural orden de las cosas y las personas pero, por lo general, se tendrá que ser autosuficiente por un largo espacio de tiempo.Seguidamente se detallan las recomendaciones ante este suceso:
Si sucede mientras estamos en el interior de la vivienda habitual, intentaremos salir a la mayor brevedad al exterior, alejándonos de paredes y muros que pudieran desplomarse. Si no es posible salir en unos breves segundos, es mucho mejor quedarse en el interior y protegerse en una habitación en la que haya muebles pesados o mesas bajo las que cobijarse. También sirve el permanecer bajo los marcos de las puertas. La mayoría de las muertes se producen al intentar salir de los inmuebles, siendo las víctimas alcanzadas por los objetos que caen de los edificios.
No utilizar ascensores y evitar el moverse por las escaleras.
No utilizar cerillas, velas ni llama o chispas de clase alguna durante el terremoto, podría haber conducciones de gas rotas o combustible derramado.
No permanecer en los balcones, junto a ventanas o chimeneas.
Si el seísmo sucede mientras se está en el exterior, alejarse de los edificios, postes eléctricos, muros, estatuas, etc. Si no queda más remedio, refugiarse debajo de una marquesina o marco de alguna puerta de la calle.
Si se está conduciendo un vehículo, pararse de inmediato y esperar a que cese el seísmo. Precaución al reanudar la marcha.
Una vez finalizado el seísmo, se procederá con suma precaución a desconectar todas las fuentes de energía de la vivienda. Antes de entrar en un inmueble se observará el riesgo de derrumbamiento.
Apagar cualquier fuego que esté a la vista y prohibir fumar en las proximidades de las ruinas.
Caminar entre las ruinas con calzado adecuado, para protección frente a objetos cortantes o punzantes.
Preparar la supervivencia, localizando los medios de emergencia tanto del propio hogar como del vehículo.
Extreme las condiciones sanitarias, en especial en el consumo de agua e ingestión de alimentos.
Si hay que evacuar la zona recuerde las normas para hacerlo en el PEF.
Seguir a la escucha de las informaciones de la radio a pilas dado que, con toda seguridad, el fluido eléctrico se habrá interrumpido.
Economizar al máximo todos los recursos, ya que la ayuda puede tardar varios días en llegar.
Ante el riesgo de la repetición de seísmos o réplicas del principal, es preferible alejarse de las construcciones que muestren serios daños estructurales y jamás penetrar en su interior.
Olas de frío y nevadas:
No es infrecuente la existencia de años en los que la crudeza del invierno llega a valores peligrosos para la vida de la población. Si no es en principio por el efecto directo de la temperatura, sí lo es por las complicaciones que conlleva.Por regla general a las olas de frío le acompañan precipitaciones en forma de nieve o granizo, vientos gélidos y húmedos, ventiscas y nieblas. La mezcla de todos estos ingredientes puede ser catastrófica para una determinada zona o región o incluso ser muy localizada pero en la que la vida de muchos o pocos correrá peligro.
A continuación se detallan una serie de precauciones y acciones a realizar durante estas situaciones:
Vestir adecuadamente, en especial al salir al exterior. Si no queda más remedio y hay que abandonar la vivienda y dependiendo de la distancia a recorrer a pie, deberá de extremarse la indumentaria, protegiéndose especialmente manos y cabeza, calzado apropiado e impermeable y taparse la boca para evitar respirar aire muy frio para los pulmones. En distancias largas y climas extremadamente fríos, no abandonar jamás la vivienda sin una linterna, algún alimento rico en calorías y un calentador de emergencia instantáneo.
Prohibir que personas mayores, débiles o niños abandonen la casa.
Tener en el domicilio el MMEH en plenas condiciones de uso.
En el caso de vivir en zonas aisladas o rurales se tomará especial precaución al peligro de quedarse aislado. Para minimizar el problema se procurará tener almacenados alimentos y combustibles para al menos dos semanas. Es recomendable disponer de un generador eléctrico y de reserva de combustible para el caso de que las comunicaciones y el fluido eléctrico queden cortados.
Estar informado mediante la radio de los cambios meteorológicos.
Con el fin de optimizar las reservas de combustible, evitar querer calentar toda la casa, es mejor cerrar algunas habitaciones y reservar la calefacción a lo imprescindible.
Si es interrumpido el suministro eléctrico, utilizar la estufa y la cocina de emergencia preparadas a tal fin.
Si hay que desplazarse con el vehículo no hacerlo nunca una persona sola, asegurar que el vehículo esta al 100% de combustible y que el MMEV está completo y operativo.
Si el vehículo se para a consecuencia del frío o la nieve, permanecer en su interior, con la calefacción al mínimo y ayudándose con una manta para conservar el calor. Escuchar la información de la radio a pilas o la del propio vehículo. No quedarse dormido en el interior del vehículo y asegurarse de que la ventilación es suficiente.
Circular con nieve o hielo es extremadamente peligroso y difícil, para ello deberán usarse las cadenas y circular con mucha precaución, evitando las frenadas bruscas.
Si se produce algún caso de enfriamiento agudo del cuerpo o una hipotermia pueden seguirse algunos consejos básicos mientras llega ayuda:
· Intentar calentar a la víctima pero de forma escalonada, no bruscamente.
· Mover las partes más afectadas suavemente, con ayuda de masajes excepto si aparecen claros síntomas de congelación.
· No darle jamás alcohol para beber. Darle caldos, infusiones,....
· No darle friegas con nieve, los tejidos y la piel podrían quedar afectados.
· Si se forman ampollas en la parte afectada no pincharlas nunca.
Sequías y olas de calor:
La sequía consiste en una acusada deficiencia en el nivel de lluvias de una región o comarca e implica algunos graves problemas para la población, tales como:
Falta de agua potable.
Disminución de los valores de higiene y salubridad.
Riesgo de enfermedades.
Falta de agua para labores agrícolas y ganaderas.
Erosión del terreno.
Graves daños a la fauna y a la flora.
Problemas de suministro a las industrias.
Disminución de la producción de energía hidroeléctrica.
Afortunadamente esta situación de riesgo se muestra escalonadamente y no de forma inmediata, por ello es más fácil el prever normas de prevención para poder afrontarla.
Prestar atención a los mensajes de las autoridades en lo que a economía de consumo se refiere.
Ahorrar al máximo el consumo siguiendo estos consejos:
· Ducharse en lugar de darse un baño.
· Utilizar la lavadora a plena carga.
· Tener abiertos los grifos sólo lo imprescindible.
· Usar la cisterna del inodoro lo imprescindible, no usarlo para fines no sanitarios.
· No regar los jardines, ni llenar piscinas.
· No limpiar con agua la calle de su domicilio, vehículo, etc.
· Asegurarse de que no hay fugas en la instalación.
· Almacenar agua en los periodos de suministro.
Es conveniente tener disponibles botellas de plástico grandes de agua o bidones listos para llenar y poder con ello almacenar agua.
Si la situación es muy grave, aprovisionarse de líquidos sustitutivos, tales como aguas minerales, refrescos, zumos, etc. No esperar el último momento para comprarlos.
Evitar las actividades que puedan producir deshidratación o que requieran hacer uso constante de la higiene corporal.
Vigilar el estado de los alimentos, es preferible tener agua almacenada en perfectas condiciones para poder lavar los alimentos antes de consumirlos. La limpieza de los utensilios de cocina debe ser con agua perfectamente higiénica o en su defecto con agua hervida sobre todo si hay dudas sobre su estado.
Desconfiar en periodos de sequía de las fuentes clandestinas de suministro de agua ya que pueden carecer de las garantías sanitarias para su uso.
Mucho cuidado en dejar a personas en el interior de vehículos expuestos a la acción del Sol, la temperatura puede llegar a valores muy altos. Evitar en las horas de más calor que las personas mayores o niños de corta edad viajen en vehículos sin aire acondicionado.
En el caso de que alguna persona sufra de una insolación o "golpe de calor" se puede proceder de la forma siguiente mientras se recibe ayuda médica:
· Buscar un sitio fresco y ventilado para tender a la víctima.
· Con ayuda de paños o vendas empapadas en agua fría cubrir gradualmente el cuerpo, empezando por la cabeza. Si el cuerpo se enfría demasiado rápido, la víctima puede sufrir un shock.
· Hidratarle con agua con sal (1 gramo por litro) o en su defecto bicarbonatada.
Incendios:
Como consecuencia de muchas catástrofes, aparece también un grave riesgo para la población, que son los incendios. Es tal vez uno de los fenómenos más destructivos de la naturaleza y seguidamente se trata de recomendar una serie de acciones para evitar al máximo los riesgos.
En el hogar y ante la proximidad de un incendio, hay que comprobar primeramente que se dispone de los medios suficientes para intentar controlarlo, como extintores o mangueras de agua, si no es así, evacuar la zona inmediatamente.
Una de las normas básicas para evitar los incendios después de las catástrofes es el de no encender ningún fuego, sin comprobar previamente que no haya fugas de gas o derrame de sustancias inflamables.
Si un incendio generalizado se acerca hasta la vivienda, hay que procurar desprenderse de todos los líquidos inflamables, a excepción de los combustibles que estarán en lugar seguro y preparado por si hay que evacuar la zona.
Conocer al detalle las vías de escape del domicilio o comunidad de vecinos.
Si el incendio alcanza inevitablemente la vivienda, cortar todos los suministros de gas y electricidad. Empezar a mojar todos los objetos circundantes para evitar que se quemen.
Caminar agachado por pasillos y habitaciones con la boca y la nariz protegidas con un pañuelo o trapo mojado.
Evitar las corrientes de aire, cerrando puertas y ventanas.
Antes de abrir cualquier puerta, tocarla con la palma de la mano, si está caliente no abrirla jamás.
Si las prendas de otra persona o las propias se incendian, lo mejor es rodar por el suelo hasta extinguir las llamas o cubrirse con una manta o abrigo.
Si el incendio es en el bosque intentar caminar por la parte ya quemada y evitar las zonas que producen el efecto chimenea, como laderas, desfiladeros, etc.
Si se transita por bosques de gran extensión, vigilar el horizonte de tanto en tanto a la búsqueda de alguna señal de humo que pueda amenazarnos.
Si el incendio nos rodea, intentar dirigirse a la proximidad de un riachuelo o estanque.
Las cuevas poco profundas pueden ser especialmente peligrosas, ya que podemos quedarnos sin oxígeno.
Con el fin de evitar los incendios en las zonas forestales por nuestra propia negligencia se relacionan a continuación una serie de recomendaciones básicas:
· No abandonar jamás una hoguera encendida.
· Disponer en torno al fuego de una amplia superficie limpia de matojos o hierbas.
· Si hace mucho viento, rodear la hoguera con piedras a fin de evitar su propagación a zonas colindantes.
· Tener a mano los medios para, en caso de necesidad, poder apagar el fuego de forma rápida y eficaz.
· No dejar en zonas forestales botellas o utensilios de cristal que pudieran concentrar los rayos solares y generar un incendio.
· No tirar colillas ni cerillas al suelo.
· Al abandonar la zona asegurarse de que el fuego está totalmente extinguido.
Contaminación radiactiva:
El uso cada día más frecuente de la energía nuclear, tanto para fines pacíficos como militares, entraña el riesgo de una catástrofe de grandes proporciones. Las propias averías de las centrales nucleares, el transporte de elementos de estas instalaciones por vía terrestre, los ensayos y experimentos científicos, las pruebas nucleares y la posibilidad de una confrontación bélica con armas atómicas, son motivos más que suficientes para que en muchos países sea obligatorio un plan de emergencia ante este riesgo. En Estados Unidos por ejemplo, la administración suministra planos de forma gratuita a la población para que puedan construir refugios atómicos o modificar habitaciones de las viviendas para tal efecto. Cualquier empresa americana debe contar con su correspondiente plan de emergencia nuclear y si no lo hace, está cometiendo un delito federal...
Ante el riesgo o posibilidad de una de las supuestas situaciones de emergencia de carácter radiactiva, se estará permanentemente a la escucha de la radio o televisión para recabar información de utilidad para el periodo de emergencia.
Inmediatamente después del aviso por parte de las autoridades o mediante otros canales fidedignos de comunicación, se procederá a buscar refugio inmediatamente, especialmente si se trata de una explosión atómica. Ante este supuesto vale decir, que las posibilidades de supervivencia a distancias cortas del punto de impacto son prácticamente nulas, a distancias de 20 a 30 kilómetros la onda de calor sigue siendo suficiente como para abrasar a una persona al descubierto.
Si el aviso es por contaminación radiactiva, procederemos a refugiarnos en nuestros domicilios, preparándonos para poder sobrevivir de forma autónoma por espacio de unas 2 semanas. La lista de MMEH deberá estar al completo y duplicar o triplicar nuestras despensas con productos de larga conservación incluso a temperatura ambiente.
En el domicilio, cerraremos todas las aberturas al exterior, dejando un mínimo para la aireación de la vivienda, así evitaremos que las partículas de la precipitación radiactiva entren en el interior.
Estar a la escucha de posibles avisos de reducción de niveles de contaminación que permitirían salir al exterior.
Si por algún motivo nos vemos en la necesidad de salir a pesar de estar la zona contaminada, habrá que protegerse concienzudamente con ropa, capucha y guantes, procediendo posteriormente a su inmediato lavado.
Si la lluvia radiactiva, nos alcanza en campo abierto, procurar buscar un refugio que proteja de las partículas. Una capa de 90 cm de tierra protege casi al 100% de las partículas radiactivas. NO beber agua de arroyos o manantiales ni comer fruta alguna que haya estado expuesta a la radiación.Seguidamente y para improvisar un refugio atómico en el domicilio se detallan los espesores recomendados de diferentes materiales:
10 cm de hormigón
15 cm de ladrillo.
15 cm de arena (en sacos o cajas)
18 cm de tierra
20 cm de bloques huecos de cemento.
25 cm de agua
36 cm de libros o revistas
46 cm de madera.
Un fenómeno poco conocido y de extrema importancia después de una explosión nuclear es el llamado Pulso Electromagnético, cuyas características y efectos son de particular interés para cualquier persona que disponga de equipos de recepción-transmisión de radio.Seguidamente a la explosión nuclear, se produce un fortísimo campo electromagnético que puede llegar con facilidad a los 50.000 voltios por metro cuadrado, lo cual evidentemente tiene capacidad más que suficiente para dañar cualquier aparato electrónico. También este Pulso Electromagnético produce una ionización intensísima de la atmósfera que afecta gravemente a cualquier transmisión vía radio, bien por su completa absorción o por impedir la penetración en la ionosfera (las comunicaciones vía satélite quedan anuladas).
El descubrimiento de este efecto secundario a una explosión nuclear, se produjo en los años sesenta en pruebas de detonaciones a gran altura, con colapsos de las comunicaciones a un nivel geográfico muy extenso. Sus efectos son menos intensos en aparatos que funcionan con lámparas (válvulas electrónicas) de vacío, pero los modernos equipos, basados en microprocesadores y componentes de silicio son prácticamente inutilizados en pocos segundos.
Así pues, para mantener las comunicaciones durante estas catástrofes, pueden tomarse medidas preventivas con los equipos, tales como encerrarlos en blindajes metálicos, utilización de fibra óptica en lugar de circuitos convencionales y disponer de equipos de emergencia a lámparas.
Contaminación tóxica (química):
Muchas de las sustancias utilizadas por algunas empresas son nocivas para las personas, en algunas ocasiones pueden producirse accidentes en las propias empresas o durante el transporte de sustancias tóxicas, por lo que una amplia zona queda expuesta a los efectos nocivos y en ocasiones hasta mortales.Si llega hasta nosotros la noticia de la emergencia procederemos con calma y muy atentos a las noticias radiadas, dado que en tales circunstancias es posible la evacuación de la zona contaminada, especialmente si la extensión no es muy grande.
No salir bajo ningún concepto de nuestro domicilio, salvo por indicación de la autoridad.
Cerrar puertas y ventanas, avisar al resto de la familia y preparar el MMEH.
Si llega la orden de evacuar la zona, procederemos con mucha calma y tendremos cuidado de que nos llevamos consigo los materiales recomendados en el Plan de Emergencia Familiar y que el MMEV está al completo. Asegurar especialmente que el vehículo tiene carburante para largas distancias.
No ingerir ningún alimento que no estuviera previamente envasado ni beber ningún agua sin embotellar.
Si algún miembro de la unidad familiar se siente indispuesto, localizar y acudir a un centro de atención médica.
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