domingo, 4 de abril de 2010

TURISMO Y OTROS,

PAZ

ARTÍCULO DE: Lorenzo Soriano

Me considero un contumaz pacifista, declaro. No he vivido afortunadamente ninguna guerra, pero a este respecto, no necesito propia experiencia para aprender, me basta la ajena, tomo nota y proclamo la paz.Sin embargo,! y dolor!, no me gusta rendirme menos cuando previamente se me ha coaccionado, amenazado o maltratado, ni pensar quisiera en si me hubieran hecho daño físico de cualquier otro a mis seres queridos o a mí mismo. Mi dignidad como ser humano se resentiría de tal manera, que se me haría difícil vivir con ello. Solamente si el agresor se allanara, solicitara perdón arrepentido por la agresión y con firme propósito de enmienda, se podría mirar para otro lado y cerrar el asunto. Por compensación moral. La justicia se apoya en las Leyes para poner las cosas en su lugar. Si la justicia no se ejerce, se tuerce o simplemente es selectiva, la cosa se desborda, se desestabiliza el orden y se plantea una especie de caos, que, a lo largo de los siglos ha desembocado en situaciones graves y a veces trágicas, con millones de muertos.Chamberlain y Lady Astor recordaba recientemente un medio, eran la imagen del rabioso pacifismo, lástima que 100 millones de muertos, quizás se hubiesen evitado. Posiblemente se habría conseguido menos sangre, poco sudor, y escasas lágrimas. No me sirve el argumento de la "first blood", donde empezó o dejo de empezar la primera sangre para cometer atropellos indiscriminados, asesinatos sin otro norte que el terror, y me da asco quien rápidamente encuentra el origen y comienza a explicarlo.El terror se oxigena, se justifica, alcanza su primer objetivo, desunir a los afectados, y continua haciéndose mas fuerte y exigente. Una firmeza y unidad a tiempo, hubiera salvado tantas vidas y evitado tanto sufrimiento.Pero claro, es tan bonito hablar de La Paz, de cambiar el lema " si quieres paz prepara la guerra”, por "si vis pacen para pacem", queda uno tan bien, suena tan bien intencionado, y.... da tantos votos bien utilizado contra el contrincante.Pero debemos sopesar si no estamos predicando la rendición a los violentos, y enseñando a nuestros hijos a renunciar a sus orígenes, a nuestra cultura a lo que para mal o para bien nos ha traído hasta donde estamos, y a fomentar que nos arrebaten lo más preciado, algo como es la libertad.
A reflexionar.

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