RECIBIDO DE: José Gregorio Reyes García
A tu lado sentí un día,
en el susurro de un beso,
el eco de las esferas
cuando viajan por el universo.
Revoloteando en mis oídos,
como el vuelo de las mariposas,
que hablan silenciosas
animando mis sueños,
con la danza hermosa
en el vaivén de los vientos
y al compás de las olas.
A tu lado sentí un día,
el despertar de mi cuerpo,
y en carne viva un murmullo
al estallido sensual de un beso,
las caricias,
los gestos,
mis labios en los los tuyos,
las horas
se perdían
pero el tiempo
era nuestro,
ausentes de
toda forma
la luna, el sol, el cielo
y las estrellas del firmamento.
A tu lado sentí un día
como aun hoy los siento,
evocando en mi memoria
los cómplices secretos,
y todos
los anhelos
que guardamos encubiertos,
tus manos,
mis manos,
me recosté en tu vida,
y tu lo hiciste en mi pecho,
de aquellos días tengo
los mas hermosos recuerdos.
A tu lado sentí un día,
que el mar no era tan azul,
ni tampoco lo era el cielo,
no era tan verde el monte,
ni lo oscuro, tan negro.
A tu lado los colores
semejaban mil destellos
explosión multicolor,
si tus ojos en mis ojos,
provocaban el encuentro,
que aun hoy deseo y siento.
Te amo.
en el susurro de un beso,
el eco de las esferas
cuando viajan por el universo.
Revoloteando en mis oídos,
como el vuelo de las mariposas,
que hablan silenciosas
animando mis sueños,
con la danza hermosa
en el vaivén de los vientos
y al compás de las olas.
A tu lado sentí un día,
el despertar de mi cuerpo,
y en carne viva un murmullo
al estallido sensual de un beso,
las caricias,
los gestos,
mis labios en los los tuyos,
las horas
se perdían
pero el tiempo
era nuestro,
ausentes de
toda forma
la luna, el sol, el cielo
y las estrellas del firmamento.
A tu lado sentí un día
como aun hoy los siento,
evocando en mi memoria
los cómplices secretos,
y todos
los anhelos
que guardamos encubiertos,
tus manos,
mis manos,
me recosté en tu vida,
y tu lo hiciste en mi pecho,
de aquellos días tengo
los mas hermosos recuerdos.
A tu lado sentí un día,
que el mar no era tan azul,
ni tampoco lo era el cielo,
no era tan verde el monte,
ni lo oscuro, tan negro.
A tu lado los colores
semejaban mil destellos
explosión multicolor,
si tus ojos en mis ojos,
provocaban el encuentro,
que aun hoy deseo y siento.
Te amo.
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