AGUSTÍN ESPINOSA GARCÍA (1897-1937)
ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez
Uno de los más fecundos ingenios de la literatura canaria de la época surrealista es Agustín Espinosa García, que, a pesar de sus pocos años profesionales, se constituyó
en magisterio, instituyendo en su entorno una numerosa pléyade de discípulos y seguidores.
Nació en el Puerto de la Cruz (Tenerife), en 1897, ya desde niño se descubría en él la fantasía, la agudeza y la querencia de las imágenes y las idealizaciones que le convertían en escritor, en el "mitólogo cazador de la literatura".
En La Laguna hizo el bachillerato y empezó sus primeras prosas e incipientes versos en la revista Castalia. Cursó Filosofía y Letras en Granada y se doctoró en Madrid. Catedrático en 1928, profesó en los Institutos de Mahón que permutó por Las Palmas, de Santa Cruz de Tenerife y La Palma. Es uno de los redactores primates de La Rosa de Los Vientos y Gaceta de Arte. Pérez Minik testimonia que "de todo el equipo de Gaceta de Arte, Agustín Espinosa era el surrealista porque sí, el más vivo, el más espontáneo, sus actitudes, la palabra, la conducta, la vida entera, las ocurrencias". Espinosa lorquiano y juanramoniano, tuvo escarceos futuristas.
Su obra la integran Lacelot 28 -7º (1928),"el libro, según el profesor de Armas Ayala, más fervoroso y documentado que se ha escrito sobre nuestra historia", en el que Espinosa supo revalorizar lo sencillo, lo simple, lo espontáneo, guiado por los equivalentes plásticos, familiares primero al simbolismo y despues al surrealismo: Crimen (1934), también surrealista: Don José Clavijo y Fajardo (tesis doctoral).
Crítico y ensayista. Agustín Espinosa tiene otras abras inéditas, como Gongora y otros ensayos; La Isla Arcángel, libro sin acabar; Diario de un poeta recién casado; Tratado de la Asnología: El contra mito de Dacil: la farsa surrealista La Casa Tócame Roque y sus maravillosas charlas, agudísimos ensayos en potencia, las mas desconocidas en algún recorte periodístico.
Agustín Espinosa vivió mucho tiempo en Los Realejos y murió en esta Villa. Sus restos mortales descansan en el cementerio de San Francisco como los de tantos héroes de su tiempo.
Notas: tomadas del libro "Historia de la Literatura Canaria" Plan Cultural- Las Palmas de Gran Canaria
De Joaquín Artilles - Ignacio Quintana
ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez
Uno de los más fecundos ingenios de la literatura canaria de la época surrealista es Agustín Espinosa García, que, a pesar de sus pocos años profesionales, se constituyó

Nació en el Puerto de la Cruz (Tenerife), en 1897, ya desde niño se descubría en él la fantasía, la agudeza y la querencia de las imágenes y las idealizaciones que le convertían en escritor, en el "mitólogo cazador de la literatura".
En La Laguna hizo el bachillerato y empezó sus primeras prosas e incipientes versos en la revista Castalia. Cursó Filosofía y Letras en Granada y se doctoró en Madrid. Catedrático en 1928, profesó en los Institutos de Mahón que permutó por Las Palmas, de Santa Cruz de Tenerife y La Palma. Es uno de los redactores primates de La Rosa de Los Vientos y Gaceta de Arte. Pérez Minik testimonia que "de todo el equipo de Gaceta de Arte, Agustín Espinosa era el surrealista porque sí, el más vivo, el más espontáneo, sus actitudes, la palabra, la conducta, la vida entera, las ocurrencias". Espinosa lorquiano y juanramoniano, tuvo escarceos futuristas.
Su obra la integran Lacelot 28 -7º (1928),"el libro, según el profesor de Armas Ayala, más fervoroso y documentado que se ha escrito sobre nuestra historia", en el que Espinosa supo revalorizar lo sencillo, lo simple, lo espontáneo, guiado por los equivalentes plásticos, familiares primero al simbolismo y despues al surrealismo: Crimen (1934), también surrealista: Don José Clavijo y Fajardo (tesis doctoral).
Crítico y ensayista. Agustín Espinosa tiene otras abras inéditas, como Gongora y otros ensayos; La Isla Arcángel, libro sin acabar; Diario de un poeta recién casado; Tratado de la Asnología: El contra mito de Dacil: la farsa surrealista La Casa Tócame Roque y sus maravillosas charlas, agudísimos ensayos en potencia, las mas desconocidas en algún recorte periodístico.
Agustín Espinosa vivió mucho tiempo en Los Realejos y murió en esta Villa. Sus restos mortales descansan en el cementerio de San Francisco como los de tantos héroes de su tiempo.
Notas: tomadas del libro "Historia de la Literatura Canaria" Plan Cultural- Las Palmas de Gran Canaria
De Joaquín Artilles - Ignacio Quintana
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