domingo, 9 de mayo de 2010

TURISMO Y OTROS,

CLÍTORIS

ARTÍCULO RECIBIDO DE: Lorenzo Soriano

DE: Violeta Yangüela

Pequeño órgano eréctil situado en la parte superior de la vulva. El clítoris al igual que el pene se compone de tejido susceptible de dilatación por la afluencia de sangre, de endurecimiento y erección durante el contacto sexual. El propósito de ésta parte externa es, cuando es estimulado, producir placer. La naturaleza lo ha colocado para ése propósito.
Con ésas palabras, más o menos, lo define una enciclopedia médica.
Pero resulta y ocurre que ése pequeño órgano sexual femenino se convierte en un órgano cultural femenino cambiando su definición, su función y sus características.
En algunas partes del mundo de Alá, se practica lo que globalmente se conoce como la mutilación genital femenina que consiste en la extirpación total o parcial de los órganos externos de las mujeres. Se realiza con cualquier instrumento filoso y cortante.
El proceso tiene variantes. Una de esas variantes consiste en la clitoridectomía en la que se extirpa total o parcialmente el clítoris.
La más severa, infibulacion, también conocida como la circuncisión faraónica, (su origen se le supone en Egipto) consiste en extirpar totalmente los órganos genitales externos y coser la herida dejando únicamente un pequeño orificio para que pase la orina y el flujo menstrual- dicen los expertos que ése pequeño orificio es del tamaño de un grano de arroz – la cual es abierta el día de su matrimonio y vuelta a coser cuando sea necesario para asegurar la fidelidad al marido.
Éste procedimiento recuerda el cinturón de castidad de la Edad Media en la que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, para decirlo en palabras de Carlos Marx, era la superestructura dominante. Con una diferencia, los que se encargaban de abrirlo eran los esposos y guardianes de las llaves, y probablemente los orfebres expertos en hacer reproducciones que sin el probablemente y gracias al copiado, algunos se convirtieran en los primeros orígenes burgueses de la transición económica del sistema feudal. (¡Ofrézcome, qué teoría la mía!)
La Organización Mundial de la Salud estima que 130 millones de mujeres han sido mutiladas y dos millones de niñas al año les espera el mismo destino.
Los argumentos no faltan. Sobran.
La práctica de la mutilación femenina es un asunto cultural.
Con ésta sentencia se justifica lo que no es más que un acto criminal con el objetivo de negarle placer sexual a la mujer, reducir la oportunidad de la práctica sexual fuera del matrimonio y así conservar “el honor de la familia”. Esto último, entiéndase del hombre.
El propósito del clítoris es producir placer sexual y la sexualidad del ser humano no tiene ideologías, colores, razas o religiones.
Es un valor universal de la humanidad, en éste caso particular, de la mujer. Es el derecho a sentir placer. Sin más, pero sin menos.

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