INTERVENCIÓN DE IPO EN EL PLENO A FAVOR DE LA REVOLUCIÓN CUBANA Y CONTRA LA MOCIÓN CONDENATORIA PRESENTADA POR EL PP (APOYADA POR PSOE Y ATI-CC)
Lamentamos muchísimo la muerte del ciudadano cubano Orlando Zapata. Creemos que es obligado empezar por aquí, para que, al final de nuestra intervención no quede
ninguna duda de que nos duele por igual la muerte de una persona en estas circunstancias, y no hacemos distinciones sobre el país en que suceda este desgraciado acontecimiento.
Una vez dicho esto queremos aclarar algunas cuestiones respecto al texto de la moción:
1.- Orlando Zapata Tamayo era un preso común y había sido encarcelado como preso común varias veces por delitos como violación de domicilio, lesiones menos graves, estafa, lesiones y tenencia de arma blanca y heridas y fractura de cráneo, con el empleo de un machete, a otro ciudadano cubano; alteración del orden y desórdenes públicos, entre otras causas no vinculadas a la política, todo entre 1988 y 2002.
2.- Cuando Orlando Zapata es captado por los que defienden posiciones contrarias a la Revolución cubana, o sea, los contrarrevolucionarios, ya había sido condenado, pues, en varias ocasiones, por delitos comunes.
3.- Las reivindicaciones de este recluso estaban relacionadas con las comodidades que pretendía alcanzar dentro de la prisión, tratando de conseguir una situación de privilegio respecto a los otros reclusos, como un teléfono personal, televisión o cocina en su celda.
4.- El Gobierno y los médicos cubanos prestaron asistencia médica al recluso en todo momento, como lo atestigua su propia madre en un video difundido por la televisión cubana, donde Regina Tamayo agradecía las atenciones de los diferentes doctores que lo atendieron durante la huelga de hambre.
5.- Es mentira que se le haya negado el agua durante dos semanas, simplemente porque ninguna persona puede sobrevivir tanto tiempo sin ingerir líquidos.
Que nadie piense que esta intervención nuestra es un alegato cualquiera a favor de la Revolución Cubana. Manifestamos abiertamente nuestro desacuerdo en muchos aspectos de la Revolución Cubana que se deben modificar o mejorar.
Esto es una alegato a favor del respeto a la soberanía de los pueblos, a permitir que cada uno pueda decidir libremente su presente y su futuro, sin injerencias extranjeras y sin que el dios capitalismo y su hijo, el libre mercado, vayan juzgando y decidiendo, en la más sublime expresión del maniqueísmo, quién es bueno y quién es malo en este Planeta. Y ya hace muchos años que a Cuba se la apuntó en la fila de los malos, justo desde el momento en que se declaró el carácter socialista de la Revolución. Eso era, y es, imperdonable. En la lógica imperialista, a la que sumó el PP con una devoción y un entusiasmo vergonzante con la política internacional de los gobiernos de Aznar, no se puede permitir que ningún pueblo experimente nuevas formas de gobierno, sobre todo en el aspecto económico, y, sobre todo, que se ponga freno al despojo sistemático de los recursos de cientos de pueblos de este Planeta. Cualquier intento de redistribución de la riqueza, de mejorar las condiciones sanitarias o educativas de la población, de hacer frente al imperialismo y de recuperar la dignidad, se va a encontrar, de frente, con la verdadera cara del capitalismo: la invasión, el bloqueo, la asfixia económica, el aislamiento internacional, etc. Así le pasó y le pasa a Cuba. Y, en ese mismo punto de mira se encuentran ya varios países latinoamericanos.
Es lamentable que el PP reclame una condena a la Revolución cubana y un apoyo explícito y contundente a la mal llamada disidencia cubana y nunca se le haya ocurrido condenar al gobierno norteamericano y alentar un cambio de régimen político en ese país, que mantiene a cinco cubanos en las cárceles de EE.UU por defender a Cuba de las actividades terroristas que se llevan a cabo desde Miami por los integrantes más radicales de la conocida como disidencia cubana; que protege y no entrega a las autoridades venezolanas y cubanas a uno de los mayores terroristas del siglo XX, Luis Posada Carriles, autor intelectual del atentado que costó la vida a 73 personas de un vuelo cubano en 1976, autor confeso de colocar bombas en La Habana, ex agente de la CIA, y un sin número de acciones terroristas, muchas financiadas por la organización disidente Fundación Cubano Americana de Miami; que mantiene cárceles ilegales, donde se tortura y no se respetan ni los más elementales derechos humanos, una de ellas, precisamente, en la Isla de Cuba, en la base militar de Guantánamo. Condenar a un régimen político que es campeón mundial en asesinatos (e incluimos aquí a, posiblemente, millones de personas que han muerto en las invasiones y en las guerras de ocupación que emprendieron, por docenas, a lo largo de todo el siglo XX y lo que llevamos de XXI) y apoyar a grupos que quieren acabar con ese sistema de gobierno, sería una clara y reprochable injerencia en los asuntos internos de EE.UU.
No queremos, pues, ser partícipes de la detestable hipocresía en que se mueve el PP y quienes le apoyan en torno a este asunto, pidiendo abiertamente el cambio de régimen político y económico en Cuba y apoyando a personas cuyas actividades contra el sistema político es condenada en todas las constituciones del mundo. En EE.UU., por ejemplo, con 20 años de cárcel; en España entre 10 y 15 años a quienes actúen abiertamente para derogar la Constitución; de 3 a 10 años en Italia, etc. No queremos ser partícipes de esas actitudes políticas que cierran los ojos, esconden la cara o, en la mayoría de los casos, apoyan abiertamente a gobiernos que diariamente violan los derechos humanos, como es el caso de Colombia.
Nosotros nos mantenemos en la línea tradicional de este Ayuntamiento respecto a Cuba: la de respetar la soberanía del pueblo cubano y la de mostrar nuestra solidaridad con las personas que residen en la Isla, acciones concretadas en hermanamientos, ayudas económicas para proyectos de cooperación, buenas relaciones con los dirigentes cubanos, como se reflejó en la entrevista que tuvo nuestro Alcalde y una amplia delegación de vecinos y vecinas de La Orotava con Fidel Castro, hace algunos años. En esa línea, proponemos, como texto alternativo a la moción, el que el Ayuntamiento suscriba y apruebe el manifiesto elaborado por la Red de Redes en Defensa de la Humanidad y suscrito por cientos de intelectuales de todo el mundo, que condena la intromisión del Parlamento Europeo en los asuntos internos de Cuba. A propósito de la resolución del 11 de marzo del Parlamento Europeo sobre Cuba, los intelectuales, académicos, luchadores sociales, pensadores críticos y artistas de la Red En Defensa de la Humanidad manifestamos: 1. Que compartimos la sensibilidad mostrada por los parlamentarios europeos acerca de los prisioneros políticos. Como ellos, nos pronunciamos por la inmediata e incondicional liberación de todos los presos políticos, en todos los países del mundo, incluidos los de la Unión Europea. 2. Que lamentamos profundamente, como ellos, el fallecimiento del preso común Orlando Zapata, pero no admitimos que su muerte, primera “...en casi cuarenta años” según el propio Parlamento, sea tergiversada con fines políticos muy distintos y contrarios a los de la defensa de los derechos humanos. 3. Que instar “...a las instituciones europeas a que den apoyo incondicional y alienten sin reservas el inicio de un proceso pacífico de transición política hacia una democracia pluripartidista en Cuba” no sólo es un acto injerencista, que reprobamos en virtud de nuestro compromiso con los principios de no intervención y de autodeterminación de los pueblos -defendidos también por la ONU-, y en contra de la colonialidad, sino que supone un modelo único de democracia que, por cierto, cada vez se muestra más insuficiente y cuestionable. La búsqueda y profundización de la democracia supone, entre otras cosas, trascender sus niveles formales e inventar nuevas formas auténticamente representativas que no necesariamente están ceñidas al pluripartidismo que, como bien se sabe, encubre frecuentemente el hecho de que las decisiones sobre los grandes problemas mundiales son tomadas unilateralmente por pequeños grupos de interés con inmenso poder, por encima del régimen de partidos. 4. Que pretender justificar una intromisión en los asuntos políticos internos del pueblo cubano manipulando mediáticamente el caso de Orlando Zapata -delincuente común y de ninguna manera preso político-, coincide con las políticas contrainsurgentes que han estado aplicándose en América Latina para detener o distorsionar los procesos de transformación emancipadora que están en curso y se suma al criminal bloqueo al que ha sido sometido el pueblo cubano, por el simple hecho de no aceptar imposiciones y defender su derecho a decidir su destino con dignidad e independencia. 5. Que compartimos la preocupación mostrada por los parlamentarios sobre el respeto a los derechos humanos en Cuba pero la extendemos al mundo en su totalidad. Así como les preocupa el caso del delincuente fallecido (que en 40 años no tiene ningún antecedente similar), los invitamos a exigir el fin de la ocupación de Gaza y del hostigamiento al pueblo Palestino, que ha provocado no una sino miles de muertes; de la intervención en Irak y Afganistán sembrando muerte y terror en pueblos y ciudades; de los bombardeos en esos lugares con el argumento de defender la democracia; el fin de la doble ocupación de Haití; el cierre de la prisión de Guantánamo y la entrega de ese territorio a Cuba, a quien le pertenece; la devolución de las islas Malvinas a Argentina; y, por supuesto, el fin de un bloqueo que viola los derechos humanos del pueblo cubano y que puede poner en duda la calidad moral de quien exige trato humano para un delincuente cuando se lo niega a un pueblo entero. El acoso económico y mediático al que está siendo sometida Cuba, aun antes del deceso del preso común Orlando Zapata, constituye un atentado contra los derechos humanos y políticos de un pueblo que decidió hacer un camino diferente. Exigimos respeto a los procesos internos del pueblo cubano para definir y ejercer su democracia, y consecuencia con los principios universales de no intervención acordados por las Naciones Unidas.
Lamentamos muchísimo la muerte del ciudadano cubano Orlando Zapata. Creemos que es obligado empezar por aquí, para que, al final de nuestra intervención no quede

Una vez dicho esto queremos aclarar algunas cuestiones respecto al texto de la moción:
1.- Orlando Zapata Tamayo era un preso común y había sido encarcelado como preso común varias veces por delitos como violación de domicilio, lesiones menos graves, estafa, lesiones y tenencia de arma blanca y heridas y fractura de cráneo, con el empleo de un machete, a otro ciudadano cubano; alteración del orden y desórdenes públicos, entre otras causas no vinculadas a la política, todo entre 1988 y 2002.
2.- Cuando Orlando Zapata es captado por los que defienden posiciones contrarias a la Revolución cubana, o sea, los contrarrevolucionarios, ya había sido condenado, pues, en varias ocasiones, por delitos comunes.
3.- Las reivindicaciones de este recluso estaban relacionadas con las comodidades que pretendía alcanzar dentro de la prisión, tratando de conseguir una situación de privilegio respecto a los otros reclusos, como un teléfono personal, televisión o cocina en su celda.
4.- El Gobierno y los médicos cubanos prestaron asistencia médica al recluso en todo momento, como lo atestigua su propia madre en un video difundido por la televisión cubana, donde Regina Tamayo agradecía las atenciones de los diferentes doctores que lo atendieron durante la huelga de hambre.
5.- Es mentira que se le haya negado el agua durante dos semanas, simplemente porque ninguna persona puede sobrevivir tanto tiempo sin ingerir líquidos.
Que nadie piense que esta intervención nuestra es un alegato cualquiera a favor de la Revolución Cubana. Manifestamos abiertamente nuestro desacuerdo en muchos aspectos de la Revolución Cubana que se deben modificar o mejorar.
Esto es una alegato a favor del respeto a la soberanía de los pueblos, a permitir que cada uno pueda decidir libremente su presente y su futuro, sin injerencias extranjeras y sin que el dios capitalismo y su hijo, el libre mercado, vayan juzgando y decidiendo, en la más sublime expresión del maniqueísmo, quién es bueno y quién es malo en este Planeta. Y ya hace muchos años que a Cuba se la apuntó en la fila de los malos, justo desde el momento en que se declaró el carácter socialista de la Revolución. Eso era, y es, imperdonable. En la lógica imperialista, a la que sumó el PP con una devoción y un entusiasmo vergonzante con la política internacional de los gobiernos de Aznar, no se puede permitir que ningún pueblo experimente nuevas formas de gobierno, sobre todo en el aspecto económico, y, sobre todo, que se ponga freno al despojo sistemático de los recursos de cientos de pueblos de este Planeta. Cualquier intento de redistribución de la riqueza, de mejorar las condiciones sanitarias o educativas de la población, de hacer frente al imperialismo y de recuperar la dignidad, se va a encontrar, de frente, con la verdadera cara del capitalismo: la invasión, el bloqueo, la asfixia económica, el aislamiento internacional, etc. Así le pasó y le pasa a Cuba. Y, en ese mismo punto de mira se encuentran ya varios países latinoamericanos.
Es lamentable que el PP reclame una condena a la Revolución cubana y un apoyo explícito y contundente a la mal llamada disidencia cubana y nunca se le haya ocurrido condenar al gobierno norteamericano y alentar un cambio de régimen político en ese país, que mantiene a cinco cubanos en las cárceles de EE.UU por defender a Cuba de las actividades terroristas que se llevan a cabo desde Miami por los integrantes más radicales de la conocida como disidencia cubana; que protege y no entrega a las autoridades venezolanas y cubanas a uno de los mayores terroristas del siglo XX, Luis Posada Carriles, autor intelectual del atentado que costó la vida a 73 personas de un vuelo cubano en 1976, autor confeso de colocar bombas en La Habana, ex agente de la CIA, y un sin número de acciones terroristas, muchas financiadas por la organización disidente Fundación Cubano Americana de Miami; que mantiene cárceles ilegales, donde se tortura y no se respetan ni los más elementales derechos humanos, una de ellas, precisamente, en la Isla de Cuba, en la base militar de Guantánamo. Condenar a un régimen político que es campeón mundial en asesinatos (e incluimos aquí a, posiblemente, millones de personas que han muerto en las invasiones y en las guerras de ocupación que emprendieron, por docenas, a lo largo de todo el siglo XX y lo que llevamos de XXI) y apoyar a grupos que quieren acabar con ese sistema de gobierno, sería una clara y reprochable injerencia en los asuntos internos de EE.UU.
No queremos, pues, ser partícipes de la detestable hipocresía en que se mueve el PP y quienes le apoyan en torno a este asunto, pidiendo abiertamente el cambio de régimen político y económico en Cuba y apoyando a personas cuyas actividades contra el sistema político es condenada en todas las constituciones del mundo. En EE.UU., por ejemplo, con 20 años de cárcel; en España entre 10 y 15 años a quienes actúen abiertamente para derogar la Constitución; de 3 a 10 años en Italia, etc. No queremos ser partícipes de esas actitudes políticas que cierran los ojos, esconden la cara o, en la mayoría de los casos, apoyan abiertamente a gobiernos que diariamente violan los derechos humanos, como es el caso de Colombia.
Nosotros nos mantenemos en la línea tradicional de este Ayuntamiento respecto a Cuba: la de respetar la soberanía del pueblo cubano y la de mostrar nuestra solidaridad con las personas que residen en la Isla, acciones concretadas en hermanamientos, ayudas económicas para proyectos de cooperación, buenas relaciones con los dirigentes cubanos, como se reflejó en la entrevista que tuvo nuestro Alcalde y una amplia delegación de vecinos y vecinas de La Orotava con Fidel Castro, hace algunos años. En esa línea, proponemos, como texto alternativo a la moción, el que el Ayuntamiento suscriba y apruebe el manifiesto elaborado por la Red de Redes en Defensa de la Humanidad y suscrito por cientos de intelectuales de todo el mundo, que condena la intromisión del Parlamento Europeo en los asuntos internos de Cuba. A propósito de la resolución del 11 de marzo del Parlamento Europeo sobre Cuba, los intelectuales, académicos, luchadores sociales, pensadores críticos y artistas de la Red En Defensa de la Humanidad manifestamos: 1. Que compartimos la sensibilidad mostrada por los parlamentarios europeos acerca de los prisioneros políticos. Como ellos, nos pronunciamos por la inmediata e incondicional liberación de todos los presos políticos, en todos los países del mundo, incluidos los de la Unión Europea. 2. Que lamentamos profundamente, como ellos, el fallecimiento del preso común Orlando Zapata, pero no admitimos que su muerte, primera “...en casi cuarenta años” según el propio Parlamento, sea tergiversada con fines políticos muy distintos y contrarios a los de la defensa de los derechos humanos. 3. Que instar “...a las instituciones europeas a que den apoyo incondicional y alienten sin reservas el inicio de un proceso pacífico de transición política hacia una democracia pluripartidista en Cuba” no sólo es un acto injerencista, que reprobamos en virtud de nuestro compromiso con los principios de no intervención y de autodeterminación de los pueblos -defendidos también por la ONU-, y en contra de la colonialidad, sino que supone un modelo único de democracia que, por cierto, cada vez se muestra más insuficiente y cuestionable. La búsqueda y profundización de la democracia supone, entre otras cosas, trascender sus niveles formales e inventar nuevas formas auténticamente representativas que no necesariamente están ceñidas al pluripartidismo que, como bien se sabe, encubre frecuentemente el hecho de que las decisiones sobre los grandes problemas mundiales son tomadas unilateralmente por pequeños grupos de interés con inmenso poder, por encima del régimen de partidos. 4. Que pretender justificar una intromisión en los asuntos políticos internos del pueblo cubano manipulando mediáticamente el caso de Orlando Zapata -delincuente común y de ninguna manera preso político-, coincide con las políticas contrainsurgentes que han estado aplicándose en América Latina para detener o distorsionar los procesos de transformación emancipadora que están en curso y se suma al criminal bloqueo al que ha sido sometido el pueblo cubano, por el simple hecho de no aceptar imposiciones y defender su derecho a decidir su destino con dignidad e independencia. 5. Que compartimos la preocupación mostrada por los parlamentarios sobre el respeto a los derechos humanos en Cuba pero la extendemos al mundo en su totalidad. Así como les preocupa el caso del delincuente fallecido (que en 40 años no tiene ningún antecedente similar), los invitamos a exigir el fin de la ocupación de Gaza y del hostigamiento al pueblo Palestino, que ha provocado no una sino miles de muertes; de la intervención en Irak y Afganistán sembrando muerte y terror en pueblos y ciudades; de los bombardeos en esos lugares con el argumento de defender la democracia; el fin de la doble ocupación de Haití; el cierre de la prisión de Guantánamo y la entrega de ese territorio a Cuba, a quien le pertenece; la devolución de las islas Malvinas a Argentina; y, por supuesto, el fin de un bloqueo que viola los derechos humanos del pueblo cubano y que puede poner en duda la calidad moral de quien exige trato humano para un delincuente cuando se lo niega a un pueblo entero. El acoso económico y mediático al que está siendo sometida Cuba, aun antes del deceso del preso común Orlando Zapata, constituye un atentado contra los derechos humanos y políticos de un pueblo que decidió hacer un camino diferente. Exigimos respeto a los procesos internos del pueblo cubano para definir y ejercer su democracia, y consecuencia con los principios universales de no intervención acordados por las Naciones Unidas.
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