HASTA CUANDO (Indignación)
ARTÍCULO DE: Lorenzo Soriano
No he querido empezar con el manido Quosque Tandem, pero no estaría de más que leyéramos a Cícero(n), cuando le dedicaba estos ataques al tirano Catilina y midiéramos nuestra paciencia ante el abuso continuado, despiadado y desmedido a que nos están sometiendo nuestros indocumentados dirigentes. Seguramente, los peores, más inútiles, egoístas e ignorantes que hayamos tenido nunca jamás. Tanto extremo es, que estoy convencido que en esta “democracia” entrecomillada que padecemos, nunca podría haber habido, ni seguramente habrá jamás, tanto nivel de incompetencia, tanto grado de indefensión y tan atroz desigualdad entre los ciudadanos. Como no sólo es es un argumento, sino que está cargado de percepción, ni siquiera me rebajaré a discutirlo. Es lo que siento. Como decía Wolfe el genial, estoy indignado, y es porque nos han robado hasta la dignidad, como individuos y como grupo gregario de especímenes humanos racionales.
Lo que tenemos a nivel Nacional es para no parar de entrar en estado cataléptico, pero lo que tenemos en casa, creánme, es posible incluso que los supere. Solamente han sabido manejarse en la abundancia, en la ficticia abundancia creada por un grupo de listillos que aprovechándose de su ignorante avaricia y de nuestra candidez interesada, nos han traído hasta aquí y nos están despeñando de a cientos. Pero ¿tienen ellos la culpa? Ni hablar. Somos nosotros los culpables y somos reos y merecedores de todos los males que nos caigan y que, sí, aunque parezca que no, están solamente empezando. Nuestra inacción como ciudadanos, nuestra renuncia a defendernos como grupos, nuestro silencio ante el atropello de nuestros derechos, nuestra indiferencia ante la promulgación de leyes incumplibles, confiscatorias, exprimidoras y descincentivantes, con el compromiso de que nunca serian exigidas y que al incoarlas y aplicarlas con todo su rigor, hacen inviable el sistema, es lo que nos ocurre. Nostra Culpae.
Estoy cansado, abatido, indignado, pero preso y sin ganas de luchar. Nadie parece darse cuenta de que esto es un cementerio, donde casi todos estamos muertos, muchos no se lo creen, algunos aún no lo sabemos, otros si tienen conciencia pero se niegan a reconocerlo y quieren volver a la vida anterior, y otros simplemente están mal enterrados. Quieren que seamos optimistas, no quieren oír hablar de negruras, quieren alegría y que “arrimemos el hombro”, pero para ellos seguir succionando las ubres escuálidas de las enfermizas vacas que conforman nuestra mísera economía.
¿Hasta cuándo? ¿Como y de que piensan que vamos a vivir? Si no tenemos miles de españoles y de canarios en porcentaje mayor, nada de que vivir, ningún ingreso de ningún tipo, ¿de qué vamos a comer? ¿Por qué nos suben las gasolinas, los impuestos, los precios, nos abrasan a tasas, multas e impuestos y nos destrozan la vida como generación? ¿Por qué ellos no dejan de cobrar como nosotros? ¿Por qué no somos todos iguales y los privilegios los gozamos todos? Decía Segismundo “No gozaron los demás, pues si los demás gozaron que privilegios tuvieron que yo no gocé jamás”, en versión adaptada a esta arenga.
Las declaraciones y el apoyo del Sr Rivero al IVA nos han ganado muchísimos enemigos en el Mercado peninsular del turismo, que se sepa. Y solamente espero que el apoyo haya sido por algo que nos convenga a todos y que supere el daño que nos deparará. Aunque quizás debamos ponernos a remojar las barbas de la inminente subida del IGIC. La indignidad del socio del Gobierno, sin límites conocidos, aunque les abofeteen de rodillas es de antología del cinismo más conspicuo. Las peleítas en el corral por el número de la piñata y el reparto de pasta de las superpuestas, sangrantes y duplicadas administraciones, es de circo Toti, donde los payasos somos todos, ellos por merito propio, nosotros por elegirlos, pero ¿a que adivinan quienes se llevan los tortazos?
Lo que tenemos a nivel Nacional es para no parar de entrar en estado cataléptico, pero lo que tenemos en casa, creánme, es posible incluso que los supere. Solamente han sabido manejarse en la abundancia, en la ficticia abundancia creada por un grupo de listillos que aprovechándose de su ignorante avaricia y de nuestra candidez interesada, nos han traído hasta aquí y nos están despeñando de a cientos. Pero ¿tienen ellos la culpa? Ni hablar. Somos nosotros los culpables y somos reos y merecedores de todos los males que nos caigan y que, sí, aunque parezca que no, están solamente empezando. Nuestra inacción como ciudadanos, nuestra renuncia a defendernos como grupos, nuestro silencio ante el atropello de nuestros derechos, nuestra indiferencia ante la promulgación de leyes incumplibles, confiscatorias, exprimidoras y descincentivantes, con el compromiso de que nunca serian exigidas y que al incoarlas y aplicarlas con todo su rigor, hacen inviable el sistema, es lo que nos ocurre. Nostra Culpae.
Estoy cansado, abatido, indignado, pero preso y sin ganas de luchar. Nadie parece darse cuenta de que esto es un cementerio, donde casi todos estamos muertos, muchos no se lo creen, algunos aún no lo sabemos, otros si tienen conciencia pero se niegan a reconocerlo y quieren volver a la vida anterior, y otros simplemente están mal enterrados. Quieren que seamos optimistas, no quieren oír hablar de negruras, quieren alegría y que “arrimemos el hombro”, pero para ellos seguir succionando las ubres escuálidas de las enfermizas vacas que conforman nuestra mísera economía.
¿Hasta cuándo? ¿Como y de que piensan que vamos a vivir? Si no tenemos miles de españoles y de canarios en porcentaje mayor, nada de que vivir, ningún ingreso de ningún tipo, ¿de qué vamos a comer? ¿Por qué nos suben las gasolinas, los impuestos, los precios, nos abrasan a tasas, multas e impuestos y nos destrozan la vida como generación? ¿Por qué ellos no dejan de cobrar como nosotros? ¿Por qué no somos todos iguales y los privilegios los gozamos todos? Decía Segismundo “No gozaron los demás, pues si los demás gozaron que privilegios tuvieron que yo no gocé jamás”, en versión adaptada a esta arenga.
Las declaraciones y el apoyo del Sr Rivero al IVA nos han ganado muchísimos enemigos en el Mercado peninsular del turismo, que se sepa. Y solamente espero que el apoyo haya sido por algo que nos convenga a todos y que supere el daño que nos deparará. Aunque quizás debamos ponernos a remojar las barbas de la inminente subida del IGIC. La indignidad del socio del Gobierno, sin límites conocidos, aunque les abofeteen de rodillas es de antología del cinismo más conspicuo. Las peleítas en el corral por el número de la piñata y el reparto de pasta de las superpuestas, sangrantes y duplicadas administraciones, es de circo Toti, donde los payasos somos todos, ellos por merito propio, nosotros por elegirlos, pero ¿a que adivinan quienes se llevan los tortazos?
A reflexionar.
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