ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros
Mi llanto fue por ti, Puerto de la Cruz; y mis amplias sonrisas, también, cuando te siento y hasta te veo resurgir… Tú que tanto nos diste a nosotros y a tantos ciudadanos de afuera y que repartiste tu generosidad sin pedir nada a cambio, que enriqueciste a tantos y a diestras y siniestras diste felicidad material, hoy viéndote como te veo, que nadie se compadece de ti, rezongo desilusionado. Como ocurrió con nuestro Valle, cuyos encantos, sin consideración alguna, ultrajaron su suelo y cuanto en sus fértiles tierras hallaron, alevosamente. Ante nuestros propios e incrédulos ojos, ante la impotencia ciudadana, coaccionada, desinformada, ante la ceguera del incauto conformismo y nuestra buena fe… Al final todo vino a servir para llenar más los bolsillos de aquellos listillos de turno, que aún sin tener conciencia, les ha sobrado siempre malévolos instintos de superación, caiga quien caiga. Así es el concepto de la justicia pueblerina que medra entre nosotros. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Los de antes se lo pasaban disciplinadamente, pero los de ahora, ya no sé que pensar de ellos. ¡Qué negocio!..
Puerto de la Cruz es como un barco alegre que siempre ha sabido desafiar a las inclementes olas de la mar que nos baña y ha sabido vencer las distintas adversidades que nos han sorprendido. Navega ilusionado por esas aguas cristalinas de nuestro entorno y oye cuando la mar canta y escucha tantas plegarias dedicadas a su divina Patrona, esas oraciones fervorosas que aplacan de la mar su furia y amainan las corrientes imprevistas…
Puerto de la Cruz y sus siglos de creatividad han dejado constancia de supervivencia, como así su historia lo ha reflejado. Lo de hoy es sólo un simple pasaje del tiempo, siempre hubo un mañana y el nuestro posiblemente esté cerca... Eso sí, que no se nos olvide, hay que cuidar lo que nos ha concedido la divina providencia, debemos superarnos siempre, pero sin atentar contra la creado. Y durmiendo con un ojo abierto, que los clásicos “piratas” de turno no nos cojan desprevenidos y podamos defender lo nuestro, que está visto de que es muy apetecible.
Cada ciudad, cada pueblo, cada nación sufre un progreso o un receso, según los episodios del tiempo que impulsa a nuestras vidas. ¿Por qué íbamos a ser nosotros diferentes? Es más, la crisis que dicen que estamos sufriendo no ocurre en Canarias solamente, es una paliza universal. Es más, yo diría que en esta ocasión es una lección, lo he dicho varias veces. Mientras mueren de sed y hambre millones de personas, y de frío, no olvidemos nosotros, los países desarrollados, que hemos vivido en la abundancia hasta hoy. Y lo que es más triste, dándole las espaldas a tantas penurias, a tantos necesitados que poco a poco están muriendo sin recurso alguno. Dicen que se está luchando, y es cierto, para aliviar tanto dolor, pero no hay forma de ponerse de acuerdo los distintos países de nuestro Planeta. Por eso Dios se ha hecho presente a través de los distintos acontecimientos climatológicos, algunos de consecuencias funestas. Hemos estado desafiando a la Naturaleza… Hemos desafiado a Dios constantemente… Que nos pase factura nada tiene de particular, acostumbrados a vivir sin responsabilidad alguna.
Pienso que saldremos de esta, pero repito, sólo un ojo cerrado cuando mejor convenga.
Mi llanto fue por ti, Puerto de la Cruz; y mis amplias sonrisas, también, cuando te siento y hasta te veo resurgir… Tú que tanto nos diste a nosotros y a tantos ciudadanos de afuera y que repartiste tu generosidad sin pedir nada a cambio, que enriqueciste a tantos y a diestras y siniestras diste felicidad material, hoy viéndote como te veo, que nadie se compadece de ti, rezongo desilusionado. Como ocurrió con nuestro Valle, cuyos encantos, sin consideración alguna, ultrajaron su suelo y cuanto en sus fértiles tierras hallaron, alevosamente. Ante nuestros propios e incrédulos ojos, ante la impotencia ciudadana, coaccionada, desinformada, ante la ceguera del incauto conformismo y nuestra buena fe… Al final todo vino a servir para llenar más los bolsillos de aquellos listillos de turno, que aún sin tener conciencia, les ha sobrado siempre malévolos instintos de superación, caiga quien caiga. Así es el concepto de la justicia pueblerina que medra entre nosotros. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Los de antes se lo pasaban disciplinadamente, pero los de ahora, ya no sé que pensar de ellos. ¡Qué negocio!..
Puerto de la Cruz es como un barco alegre que siempre ha sabido desafiar a las inclementes olas de la mar que nos baña y ha sabido vencer las distintas adversidades que nos han sorprendido. Navega ilusionado por esas aguas cristalinas de nuestro entorno y oye cuando la mar canta y escucha tantas plegarias dedicadas a su divina Patrona, esas oraciones fervorosas que aplacan de la mar su furia y amainan las corrientes imprevistas…
Puerto de la Cruz y sus siglos de creatividad han dejado constancia de supervivencia, como así su historia lo ha reflejado. Lo de hoy es sólo un simple pasaje del tiempo, siempre hubo un mañana y el nuestro posiblemente esté cerca... Eso sí, que no se nos olvide, hay que cuidar lo que nos ha concedido la divina providencia, debemos superarnos siempre, pero sin atentar contra la creado. Y durmiendo con un ojo abierto, que los clásicos “piratas” de turno no nos cojan desprevenidos y podamos defender lo nuestro, que está visto de que es muy apetecible.
Cada ciudad, cada pueblo, cada nación sufre un progreso o un receso, según los episodios del tiempo que impulsa a nuestras vidas. ¿Por qué íbamos a ser nosotros diferentes? Es más, la crisis que dicen que estamos sufriendo no ocurre en Canarias solamente, es una paliza universal. Es más, yo diría que en esta ocasión es una lección, lo he dicho varias veces. Mientras mueren de sed y hambre millones de personas, y de frío, no olvidemos nosotros, los países desarrollados, que hemos vivido en la abundancia hasta hoy. Y lo que es más triste, dándole las espaldas a tantas penurias, a tantos necesitados que poco a poco están muriendo sin recurso alguno. Dicen que se está luchando, y es cierto, para aliviar tanto dolor, pero no hay forma de ponerse de acuerdo los distintos países de nuestro Planeta. Por eso Dios se ha hecho presente a través de los distintos acontecimientos climatológicos, algunos de consecuencias funestas. Hemos estado desafiando a la Naturaleza… Hemos desafiado a Dios constantemente… Que nos pase factura nada tiene de particular, acostumbrados a vivir sin responsabilidad alguna.
Pienso que saldremos de esta, pero repito, sólo un ojo cerrado cuando mejor convenga.
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